LEÓN.— El duelo clave para José Luis Trejo tiene a un “visor” especial. Se trata nada menos que del presidente del patronato universitario, quien asiste a la cita e incluso se da tiempo para acompañar al equipo en el hotel de concentración auriazul.

Ahí, Jorge Borja Navarrete sorprende a José Luis, previo a la salida, rumbo al estadio León. El dirigente lo saluda cordialmente. Hasta le da un abrazo. Todo es cordialidad y verdadero trabajo de equipo, algo que los Pumas necesitan para finalmente levantar en el Torneo Apertura 2014.

Luego, Borja viaja en el autobús, al lado del equipo, tal como lo hacía Mario Trejo, ahora ex vicepresidente auriazul.

No es un asunto normal que el mandamás del conjunto felino ande detrás del plantel. Suele estar tras bambalinas, sin dar declaraciones a los medios, pese a que suele ejercer mano dura y despedir a su directiva sin la menor misericordia.

Se nota que Universidad Nacional vive tiempos duros, donde la incertidumbre reina y se quiere dar la sensación de que el club del Pedregal no está acéfalo.

Durante la semana en CU se vivieron momentos álgidos, donde la estructura se cimbró y espera encontrar paz muy pronto. La victoria es es el alimento necesitado.

El mensaje de Jorge Borja es de respaldo, aunque no es muy dado a conversar con alguien. Su presencia junto a los jugadores, genera sorpresa. En silencio, los jugadores pasan a su lado, saludan. Hasta ahí. Ya estaban acostumbrados a Mario.

El famoso doctor era quien siempre estaba pegado al equipo. Daba la cara a los medios, manejaba los hilos y siempre tenía en su “termómetro” personal, la temperatura que se tenía entre los futbolistas auriazules.

Ahora, Mario Trejo ya no está.

Rumbo al escenario, el vehículo que traslada a los universitarios llega sin contratiempos, resguardado por una sólida escolta policiaca. Quienes no la pasan muy bien son las ruidosas porras auriazules. La vigilancia es estricta. Incluso se producen algunas detenciones.

Se sabe de los problemas que generan los fanáticos felinos, más cuando vienen en “bola” y con la eterna sospecha de que en sus cuerpos existe la presencia de sustancias enervantes y alcohol.

Es entonces cuando los efectivos de seguridad se ponen a trabajar y revisan a los visitantes que suelen causar conflictos a su paso.

La ocasión es especial, después de todo. Aparte del morbo que mueve a este partido, por los números que complican a Matosas, con La Fiera, y sobre todo a Trejo, con los universitarios, hay otros ingredientes. Se trata de los dos únicos bicampeones en la historia de los torneos cortos.

También está el duelo de los ex, Martín Bravo y Matías Britos —quienes salen al compromiso a la banca—. Son dos fieras sedientas de sumar puntos.

Por eso, los ultimátums, las visitas inesperadas y la necesidad de puntos, antes de que crezca el #FueraTrejo pase lo que pase.

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