San José.— Marcada por las disputas internas y las improvisaciones, con una imagen de remiendos y parches, sin sus principales figuras, El Salvador se prepara con miras al trascendental duelo contra la representación de México.

Así, con un rostro de competidor frágil tras una purga de jugadores que, en huelga, condicionaron su trabajo a caprichos, lujos y al pago de dinero suplementario, ‘La Selecta enfrentará a México en el Estado Azteca, en el primer partido del Grupo A de la cuarta ronda eliminatoria de la Confederación del Norte, Centroamérica y del Caribe de Futbol (Concacaf) rumbo al Mundial del 2018.

Aunque la vieja máxima de que en el futbol hay sorpresas —porque son 11 contra 11, las reglas son iguales para todos, el balón es redondo, es un juego de humanos con aciertos y errores y ningún rival es pequeño—, la expectativa para el seleccionado salvadoreño en su choque contra el mexicano se pinta con zozobra. El próximo martes, El Salvador recibirá a Canadá, en un grupo en el que también está Honduras.

A sabiendas de que va cuesta arriba, con viento en contra y capacidades reducidas, tras verse obligado a desbaratar un proceso y hacer cambios sobre la marcha, el hondureño Ramón Maradiaga, director técnico de El Salvador, admitió que la lucha ante México será difícil y recordó que, salvo algunas excepciones, “estos muchachos tendrán su primer momento en el Azteca”.

“Reforzaremos en la parte psicológica. Este es el gran momento para todos ellos. Esta es la oportunidad para darse cuenta que ellos son hombres y no muchachos”, aclaró.

Una crisis de dinero y caprichos estalló el pasado 26 de octubre. Los seleccionados con los que Maradiaga trabajó varios meses reaccionaron molestos con el hotel al que se les convocó, se negaron a acudir al llamado e iniciaron una huelga.

Con una tormenta en ebullición, a 18 días del inicio de la eliminatoria, los todavía integrantes de la Selecta exigieron, entre otras cosas, ser hospedados en hoteles con un rango mínimo de cuatro estrellas, recibir viáticos de 100 dólares al día, obtener premios de 4 mil 500 dólares por jugador por cada partido ganado en la eliminatoria y todo con pagos sin descuentos.

Las negociaciones entre la Federación Salvadoreña de Futbol (Fesfut) y los seleccionados fracasaron. Un acongojado Maradiaga alertó en esos momentos de turbación que “el tiempo se nos está yendo, hemos perdido ya dos microciclos (de preparación) y en esta etapa, en una competencia tan difícil, prácticamente estamos regalándole armas al enemigo”.

El calendario siguió su ritmo y, acorralado por el reloj, el timonel anunció el pasado viernes la nueva lista de jugadores a los que describió como de calidad y “mente limpia”.

Previendo los saldos del incómodo lío, el técnico pronosticó que, como “muchos dan por clasificado a México”, entonces vamos a disputar con Canadá y Honduras para quedarnos con el segundo lugar del Grupo A”. “No soy mago para venir a cambiar las cosas de la noche a la mañana”.

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