En la vitrina de Rafael Márquez hay un hueco. Entre las dos Champions League, las cuatro ligas de España y el Mundial de Clubes que conquistó con el Barcelona, sin olvidar la Liga de Francia obtenida con el Mónaco, el zaguero quiere colocar un trofeo que le hace falta: el del campeonato del futbol mexicano.

“Estoy muy contento [de estar en la final]. Es una oportunidad más de poder ser campeón en México”, suspira el defensa y capitán del León.

En el Verano 99 Márquez se quedó sin la posibilidad de dar la vuelta olímpica cuando militaba en el Atlas. En ese entonces, el Toluca lo impidió. Es una situación que hasta ahora recuerda, porque en una fatídica serie de penales, los Zorros cayeron.

Ahora, vestido de esmeralda y ante el América, busca sacarse esa espina clavada que data desde hace más de 14 años cuando era una joven promesa del futbol mexicano que años más tarde se convirtió en un jugador histórico.

“Estuve cerca con el Atlas, ahora con el León tengo una oportunidad más y esperemos, esperemos que se nos pueda dar”, anhela.

Rafa ha sido un ganador en los clubes en los que ha militado. En Europa consiguió los títulos más importantes del mundo a nivel de clubes con el Barça.

Luego se fue a la MLS. Hasta hace un año, la carrera del apodado Káiser de Michoacán parecía que tendría su ocaso en el futbol de los Estados Unidos.

Sin embargo, tomó el reto de militar en los Panzas Verdes. Se alejó del glamour que le significaba estar en los Red Bulls de Nueva York. El tiempo le dio la razón, pues ahora está en lo que considera como “una final soñada”.

“Sí, es el actual campeón, el líder general, va a ser un partido muy complicado. Yo creo que a cualquier jugador le gustaría estar en nuestros botines, ojalá podamos hacer un gran trabajo para conseguir el título”, describe.

Los esmeraldas se han convertido en el equipo sensación del Apertura 2013. Su futbol vistoso, de propuesta, de pensamiento eterno en la portería rival les ha servido para instalarse en la final.

“Nuestra filosofía no va a cambiar en nada y es lo que quizás no pueda dar ese ansiado título”, avisa el veterano defensor.

Además de los goles y de un estilo de juego ofensivo, el conjunto leonés encontró en Márquez al pilar defensivo y líder que les hacía falta para trascender.

Es el referente en el vestidor. Sus compañeros le miran con respeto, le hacen caso a sus órdenes.

Rafa se tomó en serio su papel de ejercer como el gran patrón del equipo guanajuatense. Su calidad en la zaga y su olfato de anticipación se complementaron a la perfección con la sed de triunfo que le quedó al León, luego de sufrir un infierno de 10 años de jugar en la Liga de Ascenso.

Al llegar a la final junto con su equipo, uno de los objetivos del dos veces mundialista está cerca de consumarse por el deseo que tiene de ser campeón por primera vez en la Liga tricolor.

Márquez siempre se imaginó en la búsqueda de la máxima gloria a su regreso a México. En cada uno de los partidos prometió entregarse para ayudar al León a recuperar el prestigio perdido:

“Uno siempre lucha por estar dentro de lo mejor, esa era la idea. Gracias a dios se consiguió. Ahora hay que ver si se puede lograr la meta de ser campeón”. De lograrlo, Márquez habrá cubierto el último hueco en su vitrina de éxitos.

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