El podio más grande de la Fórmula Uno explotó. “Olé, olé, olé, olé; Nico, Nico”, coreaba el público cuando el alemán Nico Rosberg levantó el trofeo de vencedor. Ahí vino una lluvia de confeti verde, blanco y rojo en algo más parecido a un partido de futbol o un concierto, en lugar de una ceremonia de premiación de Fórmula Uno.

“¡Es el mejor podio del año! Qué lugar para hacer una premiación”, lanzó Rosberg (Mercedes), con un sombrero de charro mexicano con la marca de neumáticos del serial, en una regionalización a la gorra que se utiliza en esta ceremonia, y sorprendido por el fondo de estadio que el Foro Sol formó para tan tradicional momento de todo Gran Premio.

Unos días antes de que se realizara la carrera de México, la Formula One Management pidió a CIE que cambiara el lugar del podio de la recta principal, al antiguo estadio de los Diablos Rojos del México para aprovechar la presencia de 29 mil espectadores. El resultado fue el podio más grande del mundo.

“Nunca había visto a una multitud como esta, es como un partido de futbol. Los aficionados mexicanos son increíbles. Nunca había visto algo así”, reconoció el británico Lewis Hamilton (Mercedes), segundo en la carrera.

Esta ceremonia rompió varios protocolos de la Fórmula Uno. El primero fue mover el escenario muy retirado de la meta. A esto se suma el que se aprovecharan las gradas de lo que antes fue un estadio, el colocar los autos de los vencedores muy lejos de los pits y la utilización de sombreros charros. La cereza del pastel, un público mexicano efusivo y de los más entusiastas entre los de las demás sedes que componen el calendario.

“Tuve la suerte de escalar al tercer lugar y poder estar en la ceremonia de premiación porque fue increíble. Fue un marco muy especial, pero además fue el mejor recorrido de pilotos previo a la carrera en el que haya estado, por el gran apoyo que la afición nos ofreció”, reconoció el finlandés Valtteri Bottas, tercer lugar en el GP de México celebrado en un remozado Autódromo Hermanos Rodríguez.

Durante el recorrido de la sala de pilotos a la tarima del podio, un total de 48 chicas de distintos estados de la República realizaron el clásico pasillo en donde lucieron un vestido con vivos tradicionales del país diseñado por Pineda Covalín, en escenas que según se presupuesta, llegaron a 520 millones de televidentes a través de las cadenas oficiales en 185 países alrededor del mundo.

“El podio mexicano es el mejor de todo el año, sin duda. Al estar en un estadio como este, creo una atmósfera y una energía que simplemente es increíble. En verdad que estoy muy agradecido con todos los mexicanos y todas las personas que estuvieron en el autódromo y por el apoyo masivo también. Fue algo especial”, comentó Hamilton.

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