Acapulco .— David Ferrer lo acepta. Sí, el suyo es un “mundo irreal”. Con su cuarto ‘Guaje de Plata’ en las manos, el tenista español analiza la actual situación económica del orbe y se dice afortunado por encontrarse en un buen momento tanto financiero como deportivo.

“No soy ajeno a lo que pasa fuera del tenis. Cuando regreso a casa veo a familiares y amigos pasarla muy mal por no contar con los recursos suficientes o no encontrar trabajo. Es muy triste el panorama y seguramente pasarán algunos años antes de que España tenga nuevamente estabilidad económica. Mi mundo es irreal ahora pero trato de ayudar en la medida de lo posible”, analiza el número nueve del mundo, quien el sábado se llevó el título en el Abierto Mexicano de tenis.

La política en su país debe cambiar y tener opciones, opinó la ‘Pared’: “Espero que no sólo tengamos representantes que piensen en su propio beneficio. Los partidos políticos deben tener nuevas ideas y energía para emprender el cambio y que haya una reestructuración para que se acabe un poco lo que ha pasado”.

El flamante campeón de Acapulco no olvida de donde viene y que él, hace algún tiempo también la pasó mal: “Me siento orgulloso de haber evolucionado, de todo el trabajo y el sacrificio que hice como joven desde los 12 años, siendo un junior. También pase por muchas privaciones en los viajes, tuve que ahorrar mucho para ir a los torneos y ahora tengo mi recompensa”.

Hace poco, el oriundo de Javea estrenó entrenador y renovó a parte de su equipo de trabajo. El cambio, que incluye la incorporación de su hermano Javier a su staff, ya comenzó a rendir sus frutos.

“Mi hermano y yo hemos pasado semanas maravillosas luego de conseguir el título en Doha y Río de Janeiro. El apoyo de todos ellos es fundamental para mantenerme con los pies en el suelo. Creo que parte del buen inicio de temporada es que ahora me siento un jugador con mucha más confianza, la verdad estoy muy contento con la forma en que ha crecido mi carrera. He conseguido mucho más de lo que esperaba, cada final ATP es un regalo para mí”, añadió Ferrer, quien igualó la marca del austriaco Thomas Muster con cuatro títulos conquistados en el Abierto Mexicano.

Su triunfo de ayer se suma a los logrados en las versiones de 2010 a 2012, cuando aún se jugaba en arcilla. A estas finales hay que sumarle la de 2013, en donde cayó ante Rafael Nadal.

Mantenerse en el “Top Ten” de la clasificación no ha sido sencillo para el tenista de apenas 1.76 metros de altura y ya de 32 años de edad. Menos en un circuito tan exigente como el de la ATP.

“Trato de evolucionar, hay que compensar unas cosas con otras. El calendario es muy demandante la verdad y muy cansado, principalmente cuando se junta con Copa Davis. Pero hay reglas que seguir por lo que se debe trabajar intensamente tanto en lo físico como en lo mental, ambos aspectos son de fundamental importancia”.

De Acapulco, Ferrer se lleva gratos recuerdos y un tetracampeonato. “Es el año en que más me he sentido querido, el público es increíble, así que México, siempre lo he dicho, es como mi segunda casa”.

—¿Dónde guarda Ferrer los más de 20 títulos obtenidos en su carrera?

—Los guardo con mucho cariño en la casa de Javea, en una especie de museo donde tengo también muchas fotos representativas.

Google News

TEMAS RELACIONADOS