Cuando uno viaja o se aventura a vivir en otro país, jamás se preocupa de normas o leyes, ni por un segundo pasa el que en otro destino quizá podríamos incurrir en un delito sin siquiera darnos cuenta, al  planificar se nos va de las manos. Infringir las normas podría significar, en palabras menores, un incómodo regaño, una jugosa  multa o peor aún, pasar una temporada en la cárcel. Sólo hace falta voltear a ver el caso más reciente de Paola Schietekat, quien denunció haber sufrido abuso sexual en Qatar y en lugar de que la ayudaran inmediatamente, fue condenada a cárcel por siete años y a recibir 100 latigazos, debido a que ni ella ni la persona que la acompañó a hacer la denuncia conocían bien el idioma y, desde luego, tampoco las leyes, pues resultó que las autoridades cataríes terminaron condenándola a ella por llevar una supuesta “relación extramarital”. Afortunadamente, Schietekat pudo salir del país, volver  a México y llevar su caso ante la Secretaría de Relaciones Exteriores, donde pudo obtener apoyo para traducir por completo los documentos en su poder y argumentar su defensa, ganó el caso y se libró del castigo.

En Israel meterse el dedo en la nariz está prohibido los sábados; masticar chicle en Singapur, ni pensarlo, te multan; en Dubai está penado besarse en público, y en Reino Unido está prohibido morirse en el Parlamento, así como lo leen, resulta que la Cámara británica tiene estatus de Palacio de la Familia Real, por lo que si a alguien “se le ocurre morirse ahí” tendría que recibir los honores correspondientes. Más  allá  de que las leyes de otros países nos parezcan injustas, absurdas o irracionales, la verdad es que nadie quiere meterse en problemas.

La prueba PCR, estar vacunado, obtener tu FAN ID, no es lo único que tienen que saber los que van a asistir al Mundial de Qatar, pues al ser un país musulmán existen normas de conducta muy diferentes a las nuestras, podrían recibir castigos o multas de hasta 3 mil ríyales (16 mil pesos mexicanos) sólo por gritar en la calle, o estar preso seis meses por ser grosero con el prójimo. Los hoteles, clubes y bares regularmente tienen normas más flexibles con la vestimenta de los turistas, pero para andar por las calles, visitar lugares de culto, edificios gubernamentales, museos y  mercados, es necesario respetar las costumbres, evitando usar ropa descubierta. Por otro lado y ojo con esto, el consumo de alcohol en público y mostrarse en estado de ebriedad está estrictamente penado con hasta seis meses de prisión. Para salvación de muchos, podrán comprar y consumir en “zonas de hinchas” que designará la organización del evento deportivo. Otro punto, evita fotografiar directamente a personas locales sin su permiso, pues se considera ofensivo. 
Japón, Corea, Singapur, Rusia, Malasia e infinidad de sitios, no son los únicos con leyes raras o absurdas, en Durango está prohibido vender elotes después de las 8 de la noche durante las fiestas patrias, debido a que en la celebración  podrían utilizarse como proyectiles.  En Actopan, Hidalgo, están prohibidos los “gorrones”, es decir que quienes entren a fiestas o eventos sin estar invitados podrían pasar 72 horas en la cárcel o tendrán que pagar una multa de 2 mil 500 pesos si son descubiertos. Así las cosas queridos lectores, como diríamos coloquialmente “en todos lados se cuecen habas”.

*Periodista y conductora
Premio Nacional de Locución 
otorgado por la ANLM
Twitter @NatividadSanche
Facebook.com/NatividadSánchezB

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