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Mañana, tres eventos celestiales que no habían coincidico en más de 150 años afectarán la aparicneica de la Luna. Ocurrirán al mismo tiempo un eclipse total de Luna, una Luna azul y una superluna, a esta conincidencia se le conoce como "Superluna azul de sangre".

La última superluna azul de sangre se registró el 31 de marzo de 1866, hace 152 años; y la próxima ocurrirá el 31 de diciembre del año 2028, dentro de 10 años; lamentablemente el eclipse del año 2028 no será visible en el territorio nacional.

Aunque la totalidad del eclipse no será visible en México, si seremos testigos de una singularidad, que sólo será perceptible en una angosta franja del planeta, pues al momento de la puesta de la Luna ocurrirá al amanecer, esto será alrededor de las 07:13 am para el centro de México, esto significa que el Sol y la Luna estarán al menos por un momento contrapuestos uno del otro en el horizonte: la luna ocultándose por el oeste y el sol levantando por el este.

Desde el punto de vista astronómico, el mayor interés reside en las observaciones y medidas tomadas durante el transcurso del eclipse total.

Para los investigadores, el eclipse ofrece la oportunidad de ver qué sucede cuando la superficie de la Luna se enfría rápidamente. Esta información les ayudará a comprender algunas de las características del regolito, la mezcla de tierra y rocas sueltas en la superficie, y cómo cambia con el tiempo.

"Durante un eclipse lunar, el oscilación de la temperatura es tan dramática que es como si la superficie de la Luna pasara de estar en un horno a estar en un congelador en unas pocas horas", dijo Noah Petro, científico adjunto del proyecto LRO (Lunar Reconnaissance Orbiter), en el Centro Goddard de la NASA.

Normalmente, las transiciones dentro y fuera de la oscuridad, y los cambios de temperatura que las acompañan, se extienden a lo largo de un día lunar, que dura 29 días y medio de la Tierra. Un eclipse lunar induce estos cambios a gran velocidad.

Desde el Observatorio Haleakala en la isla de Maui en Hawai, el equipo llevará a cabo sus investigaciones en longitudes de onda invisibles donde se percibe el calor. Ya han hecho este tipo de estudio varias veces, señalando ubicaciones lunares individuales para ver cómo retienen calor durante el eclipse.

"Todo el carácter de la Luna cambia cuando la observamos con una cámara térmica durante un eclipse", dijo Paul Hayne del Laboratorio de Física Atmosférica y Espacial de la Universidad de Colorado en Boulder. "En la oscuridad, muchos cráteres y otras características familiares no se pueden ver, y áreas normalmente no descritas alrededor de algunos cráteres comienzan a 'brillar', porque las rocas todavía están calientes".

La rapidez o la lentitud con que la superficie pierde calor depende del tamaño de las rocas y de las características del material, incluida su composición, su porosidad y su esponjosidad.

Los científicos lunares ya saben mucho sobre el tránsito día a noche y los cambios de temperatura estacionales en la Luna por los datos recopilados por el instrumento Diviner de LRO desde 2009. Esas variaciones a largo plazo revelan información sobre las características más grandes y las propiedades globales de los primeros centímetros de regolito. Los cambios a corto plazo debido al eclipse obtendrán detalles del material fino y la capa superior del regolito.

Al comparar los dos tipos de observaciones, el equipo puede observar variaciones en áreas particulares, por ejemplo, los remolinos lunares en Reiner Gamma o un cráter de impacto y los restos sueltos a su alrededor.

Este tipo de información es útil para fines prácticos, como buscar sitios de aterrizaje adecuados. También ayuda a los investigadores a comprender la evolución de la superficie de la Luna.

"Estos estudio nos ayudarán a contar la historia de cómo los impactos grandes y pequeños están cambiando la superficie de la Luna durante el tiempo geológico", dijo Petro.

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