El gobierno federal cuenta con el espacio fiscal para asumir los pasivos laborales de Petróleos Mexicanos (Pemex) y difícilmente serán un factor para revisar la calificación del país, dijo el analista soberano para México de Moody's, Mauro Leos.

Indicó que sólo un choque de grandes dimensiones a las finanzas públicas podría mover el grado crediticio del país, aunque consideró que se debe esperar lo que apruebe el Congreso.

A principios de febrero pasado, la calificadora elevó la categoría crediticia de México, de Baa1 a A3, con perspectiva positiva, sustentada en la agenda de reformas del Ejecutivo.

Leos destacó que la deuda del gobierno mexicano es de 30% como proporción del Producto Interno Bruto (PIB), y que si se llegara a disparar a 40% sería una sorpresa para ellos.

“Si a raíz de los pasivos laborales de Pemex el PIB se moviera significativamente es algo que tendríamos que analizar, pero no significa que debamos cambiar la calificación, porque dependerá de cuánto es la deuda y lo rápido que se dispararía”.

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