Durante el primer trimestre de 2015, el panorama económico mundial continuó manifestando tres fenómenos de gran importancia: la caída, si bien moderada, del precio del petróleo; la apreciación del dólar frente a otras divisas y la incertidumbre financiera por la inminente subida de las tasas de interés en Estados Unidos.

Estados Unidos continúa generando expectativas en los mercados financieros y marcando el ritmo  de la política monetaria en varios países, que están a la espera de que la Reserva Federal (Fed) ofrezca señales más claras sobre la fecha en que planea subir sus tasas de interés. Sin embargo, la Fed ha señalado en repetidas ocasiones que el alza en las tasas sólo se dará cuando existan muestras claras de la recuperación del mercado laboral,  que de acuerdo con la minuta de la última reunión del Comité Federal de Mercado aún no se logra conseguir este objetivo.

Nuestra perspectiva es que el crecimiento de nuestro socio comercial sea atenuado, por lo que planteamos un rango de 2.9% y 3.1% a pesar del probable aumento de tasas durante este año, debido al buen desempeño de la demanda interna, bajos precios de los hidrocarburos y un ajuste fiscal moderado.

Para la economía mexicana, las repercusiones de estos tres fenómenos  parecen manifestarse en una sola dirección: el deterioro de algunos fundamentales macroeconómicos durante 2015. En primer lugar, la Secretaría de Hacienda ha hecho recortes al presupuesto de ingresos y egresos de 2015 y para 2016 se anticipa una reducción de los ingresos presupuestarios en 2.1% con respecto a 2015. Nuestra perspectiva es que el precio del petróleo continuará en niveles bajos, como resultado de problemas de oferta en los países productores de la OPEP, en 2015 esperamos un promedio de entre 52.7 y 54.7 dólares por barril.

Por otro lado, desde la segunda mitad de 2014 el tipo de cambio se ha depreciado alrededor de 18%, debido a episodios de volatilidad originados en sucesos que han cimbrado a los mercados financieros tales como la disminución de los precios del petróleo y las expectativas de ajustes en la política monetaria en Estados Unidos.

Cabe resaltar que el banco central ha mandado señales de fortaleza destacando el alto nivel de reservas internacionales con que cuenta y que están listas para respaldar a la moneda. Ante este panorama, nuestra expectativa es que las medidas de contención surtan efecto y la divisa estadounidense se mantenga este año en promedio entre 15.50 y 15.70 pesos por dólar.

En lo que va del año, la variación de los precios ha estado en un promedio cercano a 3.1%, dentro del objetivo del Banco de México. Se espera que la inflación tenga una variación anual de entre 3.03% y 3.69%, en parte por efectos de la política monetaria y ante la expectativa de un aumento de las tasas, pero también por la debilidad del consumo interno, que no muestra signos contundentes de recuperación.

Mucha expectativa se tuvo en las reformas estructurales, cuando en la realidad sólo la fiscal se ha instrumentado al pie de la letra, pero ha tenido impactos adversos en la inversión y las expectativas de los sectores productivos. Las demás reformas siguen pendientes y, de seguir esta tendencia, no podemos esperar impactos positivos por esta vía en lo que resta del sexenio.

*Presidente de Consultores Internacionales, S.C.

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