Los datos que se han dado a conocer hasta ahora por diferentes fuentes sobre la economía mexicana hacen prever un resultado poco halagador para el primer trimestre, si bien aunque lentamente, ésta va recuperándose y se esperan mejores trimestres.

El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) dio a conocer que la producción industrial, se mantuvo sin cambio en marzo, respecto al mes inmediato anterior, con base en cifras desestacionalizadas. En forma anualizada se registró un aumento de 1.4%, sin embargo está por debajo del 1.8% logrado en promedio durante el año anterior.

Quizá lo más preocupante es que la tendencia-ciclo se muestra estancada —sin crecimiento— en el último cuatrimestre, en sintonía con la economía de nuestro vecino país del norte. Las cifras correspondientes a la producción manufacturera, clave para el país, no son mejores. Ésta cayó 1.0% en el tercer mes del año, lo que significó una tasa anual de incremento de 2.4%, la más baja en quince meses.

Por el lado positivo, está la recuperación del consumo, que representa 67.5% del Producto Interno Bruto (PIB) real. Un buen dato, sin duda alguna, fue el crecimiento anual en abril de 4.9% en las ventas a unidades iguales, de las tiendas afiliadas a la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales (ANTAD) y de 8.7%, en relación a abril de 2014, en las ventas a tiendas totales.

Asimismo, son buenas noticias el incremento sostenido en el número de trabajadores afiliados al Instituto Mexicano al Seguro Social (IMSS). El Inegi, ha informado que la tasa de desocupación en el primer trimestre fue de 4.2% de la Población Económicamente Activa (PEA), porcentaje menor al registrado en el mismo periodo del año anterior (4.8%).

Tal vez ahora, el gran riesgo para la evolución del gasto del consumo privado es la depreciación del tipo de cambio: en tan sólo un año, el peso se ha devaluado más de 15%. Ésta podría comenzar a afectar el poder adquisitivo del ingreso real, a medida que las importaciones se encarezcan y la inflación impacte en los bienes producidos nacionalmente.

La estabilización cambiaria será un factor muy importante para no mermar este componente de la demanda agregada. No obstante, se considera que la incertidumbre financiera continuará poniendo en vilo a los mercados.

Es de esperarse un periodo turbulento, cuando la normalización de la política monetaria de Estados Unidos se concrete. Hasta ahora, el Banco de México ha decidido usar las reservas internacionales para contener la volatilidad. Este Instituto emprendió desde marzo 11 y lo hará hasta junio 8, un mecanismo de subasta diaria por 52 millones de dólares. La decisión del Banco de México, de extender o no ese monto adicional, a la subasta original de 200 millones de dólares diarios, dependerá de la evolución cambiaria.

La medida es para evitar lo que hizo Brasil, de subir tasas antes de la Reserva Federal (Fed). Por ahora, la percepción de que la Fed no subiera las tasas en junio, ha dado un respiro a los mercados, si bien éste es temporal, ya que a medida que la Reserva Federal muestre señales más claras sobre su intención de subir tasas y sea percibida por el mercado, la volatilidad retornará.

En el año, la variación en el Índice Nacional de Precios al Consumidor ha estado en un promedio alrededor de 3%, o sea dentro del objetivo inflacionario, y se estima que el rango se mantenga entre 3 y 3.6%.

Se espera que las reformas estructurales surtan sus efectos en la inversión esperada, aunque si bien las expectativas de la energética, se han moderado por la caída en casi del 50% de los precios de los hidrocarburos y de la expectativa en que permanezca en dicho nivel (53 d/b en promedio) por mucho más tiempo. Esto ya ocasionó un ajuste al presupuesto por parte de la autoridad hacendaria y para 2016 se anticipa otro (un recorte de los ingresos presupuestarios de alrededor de 2.1%, con respecto a este año).

Son por estas razones y por la debilidad económica mundial, en general, que los pronósticos de crecimiento han tenido que ser ajustados a la baja, como lo fue en los dos años anteriores. El consenso es un aumento del PIB de 2.8%, pero el Banco de México estima un rango entre 2% y 3% para este año.

Directora del Instituto de Desarrollo Empresarial Anáhuac en la Universidad Anáhuac

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