Brasil no va a firmar con México una extensión al acuerdo comercial de alcance parcial que tienen actualmente si no se incluyen beneficios para productos agrícolas, ni tampoco lo hará si no se definen reglas de contenido nacional que eviten que los mexicanos exporten productos con un gran contenido de insumos y partes chinas.

El embajador de Brasil en México, Enio Cordeiro, dijo que la negociación que va a llevar a ampliar el Acuerdo de Complementación Económica 53 (ACE 53) avanza lentamente.

Aseveró que “el grado de contenido local que la producción mexicana incluye en productos al exportar a Brasil, dificulta un acuerdo ambicioso”.

Un gran problema es que el contenido local de cualquier producto producido en México es menor a lo que se pide en Brasil. Mientras que los sudamericanos fabrican bienes que son para el mercado interno y la mayor parte de sus proveedores son nacionales, lo que permite la creación de empleos e inversiones en ese país.

Otra problemática es que México eliminó los aranceles a varios bienes industriales, es decir, pueden entrar libremente, como sucede con los productos químicos, y Brasil no van a “pagar” por obtener ventajas arancelarias que les otorgan los mexicanos sin necesidad de negociar, expuso.

Por ejemplo, México no cobra impuestos a la importación de casi 90% de dichos productos, así que “tiene poco sentido” negociar.

En una de las primeras rondas de negociación para ampliar el ACE 53 notaron la diferencia de visiones entre los países. Mientras Brasil propuso a México obtener ventajas arancelarias en 4 mil 903 fracciones, los mexicanos tenían interés en 2 mil 500. Tras depurar las listas, las posibilidades se redujeron a mil 300 productos y a 500, respectivamente.

Para Cordeiro, el acuerdo que impuso una cuota a las exportaciones mexicanas de autos hacia Brasil, se va a mantener hasta 2019 sin cambios.

Mientras un vehículo mexicano tiene 45% de contenido nacional, Brasil incluye 60% de autopartes y mano de obra local o mercosureña —bloque que conforma con Argentina, Uruguay, Paraguay y Venezuela—.

“El contenido local de autos producidos en México es menor al fabricado en Mercosur. La norma en Mercosur es que hay un contenido regional de 65%, la norma automotriz con México habla de 45%, eso en realidad facilita el comercio con México pero debilita requerimiento local”, precisó.

A pesar ello, el embajador ve oportunidades para crecer el intercambio comercial entre ambos países.

Precisó que hay más de 30 mil millones de dólares de inversión de firmas de México en Brasil. Por su parte, existen más de 650 firmas brasileñas que tenían entre 2 mil y 3 mil millones de dólares en el territorio mexicano, a la que se suma la inversión de Braskem de 5 mil millones.

Olimpiadas. La situación económica de Brasil no va a empeorar una vez transcurridos los Juegos Olímpicos, por el contrario, se prevé que mejore la actividad, añadió el embajador.

A pesar de que para 2016 se espera una recesión en esa nación, consideró que las causas que la generaron son distintas a otros países.

Estimó que el crecimiento del PIB brasileño va a ser negativo entre 3% o 4%; con un nivel de inflación que puede llegar a 11%. Reconoció que se observan retrocesos, como en el caso de la tasa de desempleo para los jóvenes, que va de entre 10% y 11%, más del doble de lo que se registraba hace cuatro años, cuando rondó 4.5%.

Dijo que el endeudamiento del gobierno se ubica cerca de 70% del PIB, “pero, nada como Japón o EU, que superan 100%, pero es una señal de que se requiere consolidación fiscal”.

Incluso con esos niveles de endeudamiento, descartó que las Olimpiadas generen problemas económicos, pues la mayor parte de los 12 mil millones de dólares que se calcula se invirtieron en infraestructura se financiaron con recursos privados.

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