Eres un emprendedor y estás pensando en fundar una empresa. Todavía no tienes claro el giro pero piensas que tal vez una franquicia podría darte ganancias de manera rápida con un esfuerzo menor o casi nulo.

Es más, estás a punto de empezar a contar las ganancias al año y a disfrutar de que alguien ya probó ese negocio, lo que permitirá que te trasmita el éxito de manera inmediata.

Ésta suele ser una idea común entre emprendedores pero estas imprecisiones pueden hacer la diferencia entre el fracaso y el éxito. Primero debes tener claro que si bien una franquicia es un modelo probado, también requiere trabajo y conlleva esfuerzo, tiempo, dedicación, tal como lo requiere cualquier empresa. No son máquinas de dinero esperando a que alguien las eche a andar.

Cuando te decides por una, adquieres el derecho de operar bajo una marca y una firma ya conocida. Al franquiciante le pertenece todo lo referente a la marca, el nombre y el sistema y tú como franquiciatario tienes el derecho de usarlas por un periodo de tiempo.

Enrique Alcázar, director general de la consultoría especializada en franquicias Alcázar y Compañía, explica que en el mundo empresarial no hay “fórmulas mágicas” para ser exitoso: “Hay esta idea de que las franquicias son una fórmula mágica, en la que te sientas y te esperas a recibir, pero no es verdad. Este tipo de negocios necesita mucha dedicación y gestión, como cualquier otro”. Al respecto, José Luis Navarro, presidente de la Asociación Mexicana de Franquicias, es igualmente tajante: “No son cajeros automáticos. Hay que trabajar”.

Ilan Epelbaum, gerente comercial en Feher & Feher, una consultoría especializada en este tipo de negocios, explica que una franquicia no garantiza el éxito pero sí minimiza el riesgo de inversión, ya que ésta es un negocio probado por un tercero —el franquiciante— y esto permite reducirle al emprendedor la curva de aprendizaje que se tiene al iniciar un proyecto de cualquier tipo.

Así que si te decides por esta forma de negocios, tienes que tener claro por qué deseas hacerlo y que si lo haces, tendrás que ajustarte a ciertos lineamientos establecidos en un contrato.

Todos los especialistas coinciden en que requiere esfuerzo, dinero y dedicación y que a pesar de que los riesgos son menores —85% de las franquicias siguen operando luego de cinco años de abiertas— éstos existen.

En sí poner una franquicia es atractivo y los números no dejan mentir. Es un rubro que crece en promedio 10% anual, lo que implica que lo hace cuatro veces más rápido que lo que crece la economía en el país. Según datos de la Asociación Mexicana de Franquicias, por cada peso que se gasta en un negocio, 15 centavos se va a una.

Las ventajas que ofrecen son varias. Entre ellas, está que la asesoría que el franquiciante te otorgará durante todo el proceso.

Otra ventaja es la adquisición de habilidades empresariales, sobre todo si el emprendedor no ha tenido experiencia. “La entrada a una franquicia es un gran aprendizaje, sobre todo si nunca has tenido una empresa. Muchas cosas que como cliente das por hecho, exigen un nivel de trabajo atrás que no imaginabas”, asegura Alcázar.

Pero una franquicia no es para todos, coinciden los expertos. Por ejemplo, si eres una persona a la que no le gusta seguir instrucciones ni sujetarse a reglas y recomendaciones, piénsatelo dos veces: “Si tienes problemas con la autoridad, si no te gusta seguir instrucciones y vas a estar metido en el negocio, una franquicia no es para ti”.

Otro punto que debes tomar en cuenta antes de decidirte es en lo relacionado con la innovación. Al ser un modelo de negocios probado, es necesario seguir ciertas directrices, lo que puede afectar en el proceso de creatividad. “Puede ser una desventaja para alguien que es muy innovador, ya que no con tanta facilidad va a poder meter nuevos productos, por ejemplo. Al operar una franquicia está muy limitado porque está operando bajo estándares que le pone un franquiciante”, explica Epelbaum.

Sin embargo, no quiere decir que si te decides por una este proceso de innovar estará vedado. De hecho, es un tema recurrente en este tipo de negocios. Navarro, asegura que éstas traen una “génetica de innovación” muy importante, debido a su capacidad de reinventarse, adaptarse a los mercados y desarrollar nuevos productos.

Antes de decidirte por una, debes tomar en cuenta varios puntos. Entre ellos, el que el giro debe gustarte. Suena muy básico, pero en muchas ocasiones, los emprendedores se fijan nada más en la rentabilidad de la franquicia y no en qué tanto ésta encaja con sus gustos e intereses. No se vale abrir un negocio de tintorerías si detestas el olor a cloro, tienes que buscar algo que te haga feliz”, explica el especialista.

Otra premisa es investigar sobre qué negocio te conviene. Date el tiempo para indagar en la amplia gama de franquicias que se encuentran en el mercado. En México hay mucha oferta. De acuerdo con la consultora Feher & Feher, existen mil 370 y comprenden una variedad de giros: alimentos y bebidas, servicios, cuidado personal, salud y belleza, venta a detalle, moda, textiles, servicios profesionales, educación. Las hay también para todos los bolsillos, desde menos de 100 mil pesos hasta aquéllas que contemplan bolsas de cientos de dólares.

Debes considerar también que cualquiera que escojas, te exigirá tiempo. Hay algunas que pueden exigir menos tiempo que otras, pero en todas hay que trabajar. Analiza si piensas estar todo el día trabajándola, si sólo le quieres dedicar medio día o si no quieres ir y sólo coordinarla, recomienda Navarro.

Además de gustarte, también debes de comulgar con los valores, misión y visión de la empresa. Es decir, tienes que ponerte la camiseta. “Un negocio muy rentable por ejemplo son las casas de empeño, pero hay personas que no quieren tener una empresa de este tipo por valores personales”, explica Enrique Alcázar, director general de la consultoría especializada en franquicias Alcázar y Compañía. Antes de elegir, pregúntate si estarías orgulloso de pertenecer a esa empresa.

Otro punto importante que deberás poner en práctica es el de platicar con aquellos franquiciatarios que ya están en operación. “El franquiciante nunca va a hablar mal de su negocio, pero si vas con el franquiciatario que ya sabe cómo está operando el negocio, te dará una opinión más certera”, recomienda Ilan Epelbaum, gerente comercial en Feher & Feher.

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