Un canasto producido industrialmente cuesta diez pesos, es decir, cinco o seis pesos menos en comparación con el elaborado bajo procedimiento artesanal, que cuestan entre 15 y 16 pesos, informó la directora de la Casa Queretana de las Artesanías, Fernanda Tapia Palomera.

Lo anterior, dijo, representa que los derivados industriales compitan con un costo menor de entre 50 y 60% en detrimento de las elaboraciones manuales y de los artesanos.

Además, mientras en un lapso de dos semanas un artesano genera de 50 a 100 canastos, esta producción es rebasada por lotes de dos mil unidades que se originan de modo fabril, advirtió la funcionaria.

“Un artesano promedio puede generar de 50 a 100 canastos quincenales, no podemos competir con una industria de lotes de dos mil unidades”, explicó Tapia Palomera.

La directora de la Casa Queretana de las Artesanías aseguró que “no hay comparativa en precios porque el producto hecho a mano conlleva elaboración tardía y el importado es industrial no artesanal”.

En tanto, añadió, es necesario impulsar las producciones artesanales, para lo cual se requiere promoverlas entre las generaciones jóvenes, a fin de que contribuyan en la conservación y promoción.

Tapia Palomera refrendó que se requiere trabajar con nueva generaciones para incentivar la artesanía en los niños y en los jóvenes. “Que sea mayor remunerado y mejor colocado el producto, (ya que) si se coloca en el mercado correcto tiene un potencial enorme”, consideró.

La materia prima que se utiliza para elaboración de canastos, la fibra de mimbre, es importada mayoritariamente de China y de Chile: “la mayoría es de importación pero se hacen en la región tanto en Cadereyta como en Tequisquiapan”, refirió Fernanda Tapia Palomera.

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