No es un requisito obligatorio. Tampoco un trámite con el que cumplan todos los emprendedores. Pero, contar con un plan de negocios ayuda a evitar la mortandad de un proyecto. El 80% de las pequeñas y medianas empresas (Pymes) cierra sus puertas antes de dos años de operación, porque carecer de este documento, si lo redactan, la mortandad disminuye hasta 40%, según estimaciones de la Fundación ProEmpleo.

Más de 50% de los emprendedores que empiezan su proyecto sin esta herramienta, a los 12 meses de operación lo elaboran para tener más claridad sobre la ruta de crecimiento, calcula la Incubadora de Empresas del Tecnológico de Monterrey, campus Estado de México.

“La mayoría de los emprendedores cuando empiezan su negocio ‘sueñan’ con conquistar el mercado o cambiar el mundo, pero en el camino al éxito hay tropiezos y hechos que pudieron manejarse mejor. El plan de negocios es una guía para manejar el barco empresarial”, puntualiza el gerente de proyectos de Fundación ProEmpleo, Alfredo Maldonado Sansores.

Este recurso no es lo único para crecer, pero sí un ejercicio importante para que el empresario analice ¿cómo será su proyecto?, ¿en qué mercado se moverá?, ¿quién lo comprará?, ¿cuáles son los riesgos que lo rodean?, ¿cómo crecerá la compañía? Incluso, “ayuda a saber si la idea es buen o mala, si tendrá eco entre los clientes”, agrega el gerente de proyectos.

La relación entre mortandad de la empresa y escribir un plan puede ser cuestionable, pero la realidad es que tarde o temprano el emprendedor necesita este documento para afinar el camino del negocio y, lo más importante, atraer a inversionistas, asegura Leticia Jáuregui, fundadora de Crea, asociación civil que capacita a mujeres empresarias.

“Quienes otorgan créditos, capital de riesgo, capital semilla, inversionistas (tipo ángeles) se fijan en el plan de negocios porque suponen que el emprendedor tuvo esta herramienta para estudiar y analizar cada uno de los componentes de la empresa. Es un elemento para tener certeza de si la persona sabe cómo conducir con éxito el proyecto”, detalla la directora del Centro de Investigación en Economía y Negocios (CIEN) del Tecnológico de Monterrey, Estado de México, María Fonseca Paredes.

Un parte crucial del plan es el “modelo de negocios”, que describe cuál es la razón de ser de la empresa, en qué consiste el producto o servicio y cuál es la ventaja competitiva. Si como emprendedor no puedes definir cuáles diferencias te hacen “difícilmente imitable”, entonces el inversionista no sabrá los beneficios que se otorgan al cliente, y eso cierra el canal de apoyo financiero, agrega Jáuregui, fundadora de Crea.

Los infaltables

Antes de lanzar un producto o servicio al mercado, la persona debe ser capaz de describirlo, tener argumentos de venta, conocer a quiénes compiten con su propuesta. El plan de negocios aporta esa visión general del proyecto para responder a la pregunta ¿es una idea viable? En el país, sin embargo, 3 de cada 10 emprendedores desconocen cómo desarrollarlo, revela una encuesta de OCCMundial.

“Una constante en el emprendedor mexicano es arrancar por necesidad, o aventura, sin asumir riesgos. Ven sólo lo bueno, es decir, qué pasará cuando sea un “grande” la industria, pero antes de ello vienen problemas. El plan empresarial permite prevenir fracasos,” asevera Maldonado Sansores.

El gerente de proyectos de Fundación ProEmpleo precisa que en el plan hay “apartados” que ayudan al emprendedor a evitar dificultades a largo plazo. Por ejemplo, al establecer un capítulo de administración legal, se identifican los permisos y acuerdos mínimos para iniciar operaciones. “Situaciones tan básicas como no aclarar en qué consiste la sociedad con familiares o amigos, no registrar una marca, ni tener un estimado de sueldos para empleados, son dolores de cabeza a futuro”, expresa.

La directora del CIEN apunta que un error tras elaborar este documento es “guardarlo en el cajón y no revisarlo con cierta periodicidad”. El emprendedor escribe el plan para documentarse, llenar los apartados que permiten tener una idea general del lanzamiento del producto y preparar pruebas piloto. Este documento, si se revisa con frecuencia, puede ayudar a replantear cambios de dirección en el negocio.

Un momento recomendable para hacer un check up de este documento indispensable para iniciar un negocio exitoso, es al solicitar las primeras “inyecciones” de capital para el negocio, cuando se incorpora a un nuevo socio o línea de negocio y, en general, uno o dos años después es un periodo propicio para saber si lo propuesto con la empresa se ha cumplido, puntualizan los especialis- tas consultados.

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