La grave sequía que se padece en la mayor parte del territorio de nuestra nación está afectando en todos los ámbitos a la población, en lo económico, ambiental, social, en la salud e indudablemente en lo político. Es urgente establecer una estrategia integral, inteligente y visionaria, para la disponibilidad y uso racional del agua, con la participación de sociedad y gobierno, en lo cual las instituciones de educación superior pueden contribuir en gran medida, como la UNAM y la UAQ, entre otras relevantes.

Las zonas que se encuentran afectadas por la sequía, como es el caso de Querétaro y muchas entidades del país, tienen en común la escasez de lluvias desde hace unos tres años, y en consecuencia la mayoría de las presas se encuentran prácticamente vacías.

Asimismo, las altas temperaturas que se están presentando provocan la evaporación de la escasa humedad del suelo y que la vegetación se seque favoreciendo la ocurrencia de los incendios, los cuales en la mayoría de los casos son causados por personas irresponsables.

En esta urgencia hídrica que se vive, se ha recurrido a la mayor extracción de agua subterránea, sin embargo, es menester subrayar que esta fuente de abastecimiento está sobreexplotada desde hace varias décadas y no puede considerarse perene. La recarga de los acuíferos es poco viable.

En Querétaro, como como también ocurre en la Cd. de México, se tiene que extraer agua a mayor profundidad, con mayor gasto de energía y menor rendimiento. Además, a mayor profundidad, el agua suele presentar mayor concentración de metales pesados y substancias que restan atributos a su condición de potabilidad e incluso resultan desfavorables para su uso agrícola, como en mucho ha acontecido en nuestro estado vecino, Guanajuato, cuyas tierras han perdido fertilidad. Las aguas que se bombean a mayor profundidad son aguas fósiles, llagan a tener hasta diez mil años de antigüedad.

Hace más de tres décadas, quien aquí escribe tuvo la oportunidad de conocer y revisar un libro editado por el gobierno federal, referente a la geohidrología de nuestra región, en esta obra se presentaba la hidrología subterránea, los mantos acuíferos del Querétaro de ese tiempo. El libro citado me fue obsequiado por el destacado Ing. Miguel Ángel Gómez, quien trabajaba para la SARH.

Como resultado de la intensa extracción de agua subterránea, los acuíferos han disminuido la cantidad de agua almacenada y la interacción entre los diversos acuíferos ha sido modificada.

De acuerdo a la Conagua, Querétaro tiene delimitados 11 acuíferos, de los cuales 6 están sobreexplotados y el estado presenta un balance hídrico negativo; lo que significa que la extracción supera a la recarga, con un déficit de 190 millones de metros cúbicos. Los acuíferos más sobreexplotados son Valle de San Juan del Río, Valle de Querétaro, Valle de Amazcala, Valle de Buenavista; estos cuatro representan un déficit de 236 millones de metros cúbicos (Hidrología del Estado de Querétaro, publicado en mayo 1 de 2018).

Entre las cosas que debemos realizar todos, respecto al agua, están el asumir responsabilidad, reducir el consumo, evitar el desperdicio y el uso suntuario. (Continuará)

Ex rector de la UAQ

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