La emergencia sanitaria causada por el Covid-19 no sólo afectó la vida y rutina de todas las personas; las mascotas también se vieron afectadas, pues al suspender sus paseos cotidianos algunos aumentaron de peso, asegura Elizabeth Abundis, administradora de una veterinaria.

En la veterinaria, ubicada a un costado del anillo vial Fray Junípero Serra, Elizabeth y sus compañeras veterinarias atienden a las mascotas que han estado en confinamiento a causa de la pandemia.

“Hay que cuidar la dieta. Si en un momento el perro era activo, porque salía a pasear una, dos o tres veces al día, y ahora con el confinamiento no se podía es importante que se baje la ración de comida porque obviamente, es como nosotros. Si nos quedamos sedentarios e ingerimos la misma cantidad de comida que consumíamos cuando íbamos a trabajar, vamos a subir de peso.

“Hay que bajar las raciones [a los animales de compañía] a fin de mantenerlas en buen estado de salud. Tratar de hacer algunas actividades con el perro o con el gato, a manera de que independientemente de que no salga a caminar, a lo mejor jugar pelota, en el espacio que se tenga. El chiste es que se mantenga en movimiento. En la medida de lo posible sacarlo a darle un paseo. Eso baja el estrés tanto de nosotros, como de la mascota”, precisa la experta.

Medidas de higiene

Indica que para aquellos dueños que les preocupa la cantidad de bacterias y virus que pudiera traer consigo la mascota si sale a pasear, hay productos que son exclusivamente para la higiene de los animales y que no les hacen daño. En el caso de las personas, recomienda las medidas de seguridad de rigor: cubrebocas y gel antibacterial, así como hacer el paseo en solitario.

Monserrat García Prieto, veterinaria, sostiene una mascota exótica. Es un erizo, que al contacto humano se hace ovillo para protegerse. Dice que estos animales, a diferencia de las especies tradicionales, requieren de cuidados especiales, aunque al igual que perros y gatos responden a las voces y presencias de sus dueños.

En la zona de lavado, dos perros son bañados por dos veterinarias. Al interior, en otro de los consultorios, dos perros esperan su turno.

Atención de los dueños

El lugar es atendido exclusivamente por mujeres, tiene poco tiempo que abrió sus puertas.

Los consultorios veterinarios en general, señala Elizabeth, tuvieron un alza en la atención de los animalitos porque se dio ese fenómeno de que el dueño por fin está con ellos en casa, “notando muchas cosas que quizá antes por la rutina y la prisa, cuando se estaba trabajando no se daba cuenta. Por ejemplo si tenía tos, cosas de ese tipo que hicieron que las consultas crecieran”.

“Obviamente el estar en casa les permitió convivir más y darse cuenta de muchas afecciones que el perrito o la mascota pueda tener. Lo que más tenemos son perros y gatos, es lo más común, pero también atendemos erizos, tortugas, cuyos, una variedad de mascotas, pero lo que más se atiende son perros y gatos”, apunta.

La situación económica, abunda, puede incidir en el tratamiento de los animales, pues con la actual emergencia sanitaria hubo personas que perdieron el empleo.

Parte de la familia

La especialista reconoce que en los últimos años creció el número de personas que considera a sus mascotas como parte de su familia, se preocupan por su bienestar y le brindan la misma atención que a otro miembro humano.

“Hay cierta parte de dueños que siguen viendo a los animales como algo funcional o de trabajo, donde los tienen muy descuidados, aunque en los últimos tiempos ha crecido el número de dueños que los consideran integrantes de la familia y los procura como si fueran sus hijos”, dice.

Provenientes de la Ciudad de México, pero avecindadas en Querétaro, Elizabeth y su equipo de veterinarias, observan que en Querétaro comienza a crecer la cultura de ver a las mascotas como parte de la familia y mejorando los cuidados.

Considera que el afecto hacia las mascotas es terapéutico para los seres humanos, mientras que para el perro o la mascota “se supone y se dice, hay que tratarlos como lo que son: animales. Pero la realidad es que ellos tienen un lazo muy especial con nosotros. No quiere decir que lo tratemos en exceso como humano, pero el perro también disfruta el afecto, el cariño y el amor, y hacen un lazo muy fuerte con sus dueños. No veo un problema que se les quiera como un hijo, lo que sí opino es que los extremos son malos. Hay gente que exagera con el cuidado, que los humaniza demasiado”.

Sin embargo, una mascota con sobrepeso, añade Elizabeth, puede tener problemas de hipertensión o diabetes, problemas cardiovasculares o intestinales. Hay perros que por la misma raza tienen riesgo de padecer problemas de cadera o columna, o en las articulaciones.

“Es importante mantenerlos sanos, mantenerlos con ejercicio. El que si en un momento dado están confinados, bajarles la ración, procurar hacer ejercicio en casa con ellos y estar al pendiente de ellos”, precisa.

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