La Procesión del Silencio tiene su origen en España, y en 1966 —por idea del padre Ernesto Espitia—, comenzó su historia en Querétaro. Fueron 35 personas las que participaron en la primera Procesión queretana y el recorrido se realizó solamente en el atrio y jardín del templo de la Santa Cruz, con la imagen del Señor de Esquipulas.

“En 1967, el interés y entusiasmo fue grandioso, por primera vez los hermanos tomaron parte en el recorrido de la Procesión, usaron túnica, capucha, cadena en el pie derecho y cargaron una cruz. En este segundo recorrido, se recuerda que estuvo lloviendo durante todo el camino. Pasaron por la calle de Venustiano de Carranza, Río de la Loza, 5 de Mayo y Felipe Luna. Fue este el primer recorrido por las calles del barrio de la Cruz”, se lee en el libro “Remembranzas”, biografía del Padre Ernesto Espitia Ortiz.

En el mismo libro se cuenta que para el año 1968 el número de participantes creció a 150. “Tanto fue el interés que, de los 35 hermanos que participaron en los anteriores años, en este año aumentaron hasta 150. En ese mismo año fueron tomadas las hermandades del Señor de Esquipulas y de la Santa Cruz, y se fundó la Hermandad del Centro Taurino con la imagen del Señor del Gran Poder, siendo este el primer retiro espiritual con encierro, entrando el día Jueves Santo a las diez de la mañana y saliendo el Viernes Santo después del recorrido”.

En este 2019, la Procesión del Silencio está celebrando 53 años, participarán mil 600 personas, en su mayoría hombres, pero también asisten mujeres y niños. Son más de 20 hermandades las que caminan en silencio, escuchando sólo el golpeteo de un tambor y llevando en hombros las imágenes del Señor Nazareno, Señor de la Cañita, Virgen de los Dolores, La Piedad, La Santa Cruz, Nuestra Señora de la Soledad y La Macarena, entre otras que se refieren a la pasión y muerte de Jesús.

Cada hermandad es presentada por un color visible en su túnica. Las mujeres van con falda y blusa negra, cubiertas del rostro con un velo, en señal de luto pero también de anonimato.

Los hombres llevan un capirote que les cubre el rostro, pues su participación en la Procesión no es un acto de exhibición, sino una muestra de fe y agradecimiento; quienes participan se ocultan humildemente en el anonimato de la capucha.

Algunos llevan cadenas atadas en los pies, que presenta el deseo de los penitentes de librarse de las ataduras del pecado que los aleja de Jesucristo. El cordón que llevan ceñido a la cintura, con dos nudos en uno de los extremos, significa que deben estar apegados a Dios, con humildad y obediencia.

La Cruz de mezquite sobre los hombros significa aceptación de la voluntad de Dios, por muy incómoda y pesada que sea; y también significa unión con Cristo ante su sufrimiento que vivió.

En 2016, el Patronato de las Fiestas de Querétaro presentó el libro “La Procesión del Silencio de Querétaro, 50 años de tradición”, con fotografías y parte la historia de esta usanza; este año, el mismo Patronato trabajó en la decoración de las calles donde pasará la caminata, con las mil 800 flores color púrpura, creadas por internas del Centro Penitenciario Femenil de Querétaro.

La Procesión sale del Templo de la Cruz este día, a las 18:00 horas, inicia su recorrido por Felipe Luna hasta llegar a 5 de Mayo, después toma avenida Pasteur, baja por Reforma, da vuelta en Juárez, sube en Ángela Peralta e inmediatamente toma Corregidora para luego subir por la calle de Independencia, hasta llegar nuevamente al templo de La Cruz. El Patronato también está organizando la tradicional Quema de Judas, que será el domingo a las 20:45 horas, en el andador 5 de Mayo, a un costado del templo de San Francisco.

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