Son cuatro personalidades de la música, teatro, danza y pintura, quienes fueron distinguidos para recibir el Premio Estatal de Cultura Querétaro 2021, que otorga la Secretaría de Cultura de la entidad queretana. En música, se reconoce la labor y trayectoria del compositor Ignacio Baca Lobera; en teatro, el elegido fue el actor y director Franco Vega; en danza, Jaime Blanc; y en pintura el reconocimiento es para el maestro del tenebrismo Ramsés de la Cruz.

Ignacio Baca Lobera es autor de música contemporánea, se inició en la música de manera autodidacta. Estudió composición en la Universidad Nacional Autónoma de México y se especializó en composición musical en la Universidad de California, en San Diego. Sus obras han sido grabadas por la Filarmónica de Tokio, John Fonville, Tambuco, Onix y la Sinfónica de Guanajuato.

Su labor como docente ha dejado ya un legado, pues varios de sus alumnos hoy son compositores reconocidos en la escena musical nacional. Actualmente, además de su obra personal, trabaja en impulsar la música nueva como miembro del Colectivo Interciclos y el Festival Internacional de Música Nueva, que tienen como sede Querétaro.

Franco Vega, originario de Cadereyta, es un hombre dedicado al teatro. A los 20 años ingresó al grupo universitario Cómicos de la Legua; en 1992 creó La Cartelera, una empresa productora de teatro en la que se han creado los espectáculos “Pedro y el Lobo”, “Siete personajes en busca de actor”, “Hoy Shakespeare o Shakespeare Hoy” y “El Molière Imaginario”, entre otros.

Jaime Blanc cuenta con 48 años de trayectoria ininterrumpida en la danza; fue bailarín, docente y coreógrafo en el desaparecido Ballet Nacional de México; además miembro fundador del Centro Nacional de Danza Contemporánea en Querétaro. Cuenta con un historial de más de cincuenta coreografías, ha recibido las distinciones “José Limón” en 2003 y “Premio a las Artes” de la Universidad Autónoma de Nuevo León, en 2015. Y recientemente de la Universidad Nacional Autónoma de México el Reconocimiento Danza UNAM 2020.

Ramsés de la Cruz es originario de San Luis Potosí, a los 17 años llegó a Querétaro a estudiar en la facultad de Bellas Artes, y a los dos meses ya estaba exponiendo.

Su trabajo ha pasado por distintas etapas, mezclas de materiales, símbolos y obsesiones, que le han valido reconocimientos y suma de premios. Ha trabajado escultura, arte objeto, instalación y pintura basada en el tenebrismo, realismo simbólico y realismo trascendental. Sus fascinaciones y obsesiones se descifran por épocas, por un tiempo trabajó con la carne, con pieles de cerdo, de res, pescados, cangrejos, para estar cerca físicamente con el objeto y explorar esa parte de la transgresión corporal.

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