“Mis ancestros hablaban otomí, yo ya no, yo aprendí el español, pero siempre me ha gustado el otomí y sin embargo hasta ahora me di tiempo para empezar a estudiarlo”, dijo a EL UNIVERSAL Querétaro Ericka Campos, historiadora que desarrolló la idea de “La casita de las semillitas”, proyecto que busca revitalizar la lengua otomí entre los niños.

“La casita de las semillitas” se apega al modelo de las casas de cultura, puede ser replicable en cualquier colonia, explicó Ericka, lo único que se requiere es el interés de las mamás, para que participen junto con sus niños en las actividades.

Mediante juegos se pretende dar a conocer a los niños las bases de la cultura y lengua hñäñho, para que les resulte divertido y aprendan a la misma vez, pero el objetivo central es que toda la familia se involucre y que a través del mismo proyecto se puedan contrarrestar problemáticas como la desintegración y violencia intrafamiliar, delincuencia, robo, vandalismo y drogadicción.

“Primero estoy trabajando con niños, es necesario que los niños conozcan el otomí y su historia, pero eso es el pretexto, la intención es jalar a la mamá, luego a los hermanos, al papá, la abuelita, a los que estén viviendo con ellos, y luego ir reestructurando el tejido social de manera positiva; lo que mi proyecto busca es generar una conciencia sobre su identidad y su pasado ,y luego hacer una propuesta de impacto, desde la casita de cultura para nuestra colonia y luego al mundo”.

El proyecto La casita de las semillitas se presentó en la clausura del Diplomado en Cultura y Gramática de la Lengua Hñäñho, que impartieron los especialistas Ewald Hekking y Aurelio Núñez en la Universidad Autónoma de Querétaro.

Hekking, en previa entrevista con este medio, habló de la importancia de aprender una lengua indígena.

“Todos los mestizos necesitan aprender algo de la lengua y la cultura, yo veo que se necesita dar algunas horas de clases en todas las escuelas, por ejemplo en Querétaro del hñäñho, pero en otros estados podría ser el náhuatl, dependiendo de la lengua que se hable en el lugar”, detalló el lingüista, que se ha dedicado al rescate de lengua hñäñho.

Ericka coincide en esa idea: “ser monolingüe ya está rebasado, es obligado que sepamos una lengua, al menos la lengua que es de nuestro lugar de origen, porque así vamos a tener más referentes de nuestra historia, tanto culturales como lingüísticos; y el hecho de que sepamos una lengua indígena, ayuda a aprender más fácilmente el inglés, portugués y francés”.

Es originaria de la zona norte de la ciudad, de una comunidad de la delegación de Santa Rosa Jáuregui, que colinda con Guanajuato, y sus ancestros hablaban otomí y su historia está llena de referencias de esta cultura.

“Yo de carrera soy historiadora, tengo este bagaje de conocimientos de los pueblos originarios, y a través del análisis de la historia de México nos damos cuenta de todo lo que ha pasado y creo que todos los mexicanos tenemos mucha herencia indígena, que muchas veces nos negamos a aceptarnos o no lo hemos hecho consciente; recuerdo que mi mamá de pequeña me enseñó a hacer una muñeca y es la muñeca justo que puse en la imagen, con esa muñeca, ya indagando un poco en su propia historia, me di cuenta que estoy plagada como de estos flashazos de cultura hñäñho, y así todos, pero muchas veces ni siquiera sabemos, yo no lo sabía, y al momento de conocer la herencia histórica de mi familia puedo aterrizarlo en mi vida y ver cómo esta herencia indígena recorre todo mi árbol genealógico”.

Conocer y reconocer la historia familiar, valorar la raíz indígena y apoyar para que no se pierda la lengua y la cultura, debería ser una obligación de todos los mexicanos, aseguró la historiadora.

“Para mí es muy significativo, y en este proceso logré conocerme, y creo que es fundamental que todos los mexicanos reconozcamos toda nuestra historia para que a través de nuestra historia valoremos lo que hoy tenemos a lado, los compañeros que venden sus artesanías, las personas que trabajan en el campo, que son de Santiago, que son de San Ildefonso, pero también los indígenas de estados vecinos como San Luis Potosí e Hidalgo, todos somos del mismo país y somos parte de una misma historia”, expresó Ericka Campos.

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