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“Lo tenía todo, pero me sentía vacío”, dijo Eduardo Verástegui a EL UNIVERSAL Querétaro.

El actor dedica todo lo que hace a sus papás, a México, a sus hermanas, y sobre todo a La Virgen de Guadalupe.

El Gran Pequeño(Little Boy), película que el mexicano produce e interpreta, llegó a los cines este fin de semana. Actúan el niño Jakob Salvati, Kevin James, Emily Watson y muchos más.

La película trata de un niño con problemas de crecimiento, quien ve cómo la Segunda Gran Guerra le arrebata a su padre y trata de recuperarlo.

En Estados Unidos esta historia permaneció cuatro semanas en cartelera y en 700 salas. En México, la nueva producción llegó con más de mil copias.

“Vamos a ver (en la película) que en 70 años después avanzamos en ciencia y tecnología, en medicina, y en muchas otras cosas, pero en la parte humana seguimos igual, sigue habiendo guerras, discriminación, bullying , violencia, inseguridad, depresión, tristeza”, dijo.

“Algo sucede que cuando uno crece y se hace adulto entra la corrupción, la violencia y nos convertimos en nuestros peores enemigos”, declaró el actor.

Se está perdiendo la esperanza. “Hace poco me dijeron que hicieron estadística en México y más de 50% de los mexicanos han perdido la esperanza y eso es muy triste”, indicó.

“Pero eso a mí me duele y por otro lado me motiva y me prende a prender (sic) la luz, cada quien desde su trinchera tiene que hacer algo para mejorar este mundo”, aclaró.

Una vida de película

La historia de Eduardo Verástegui es tan interesante, que parece de película.

Hace 20 años era un muchacho de provincia que llegó a la ciudad de México en busca de fama y fortuna. Fue parte del grupo juvenil Kairo, debutó como actor en telenovelas y se convirtió en

un sex symbol de la pantalla chica.

Hace 10 años algo pasó y la vida de Verástegui dio un giro radical: se encontró con la palabra de Dios.

Lo último que declaró en una entrevista para la televisión en Estados Unidos fue que tenía 13 años sin cometer pecado carnal porque quería llegar limpio y fiel a la mujer amada, la cual todavía no conoce.

¿Qué fue lo que pasó? Nada extraordinario aparentemente, dijo.

“A mí, gracias a Dios no me llegó y no me ha llegado una historia donde tuve que sufrir mucho para abrir los ojos”.

“Fue muy raro porque yo me encontraba en la cima de la montaña, con mucha gente trabajando para mí, con 28 años, viviendo en Hollywood, con 10 años de carrera, trabajando muy duro, con buenos ahorros, sin vicios, deportista, trabajador, con una familia increíble, todo estaba perfecto”, aclaró.

“Yo pensaba que lo tenía todo, pero del otro lado yo esta muy vacío, ahí es cuando me empiezo a cuestionar: por qué estoy inquieto, por qué estoy vacío, por qué estoy triste”, afirmó.

“Me doy cuenta que no estaba asumiendo las responsabilidades que tenía que asumir como imagen pública, como actor”, dijo.

“Me dí cuenta que las razones por las cuales yo estaba en esta carrera eran superficiales, frívolas, banales, era un amor al arte, pero era un amor egoísta, en lugar de cómo me puedo servir y no cómo puedo servir”, explicó.

“Yo estoy convencido de que el arte, el séptimo arte, tiene el potencial de sanar las heridas de un mundo herido y de terminar con las divisiones de un mundo dividido”, aclaró.

El cine “por sí sólo es neutral, es un medio muy poderoso, que siendo bien utilizado puede hacer mucho bien a la sociedad, como también puede hacer mucho mal”, detalló.

Verástegui eligió Hollywood, ciudad que ha sido citada como la capital del pecado. “No estamos ahí para juzgar la oscuridad, sino para tratar de ser una luz en la oscuridad y cuando hay crisis también oportunidad de hacer algo”.

“Precisamente la idea es crear desde Hollywood proyectos que tengan el potencial de prender la luz, el potencial de hacer de este mundo un mejor lugar”.

“Y qué mejor que sea desde ese lugar, donde aparentemente uno se va a perder, pero ahí fue donde yo pude despertar”, explicó.

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