Desde que era niño, Alejandro Galarza quedó impactado con la actividad escolar en la que se germina un frijol. Creció con esa pasión por el cuidado del medio ambiente y también con la convicción de crear algo que mejore las condiciones del planeta.

Fue en la etapa de la universidad donde consolidó la idea de un modelo de negocios, no sólo enfocado en la generación de recursos económicos, sino en utilizar materiales amigables con el ecosistema.

En 2015 surgió la empresa Treeshoes, marca de calzado casual unisex que es administrada por el joven queretano. Es una línea de tenis hechos 100% a mano, con materiales como textiles, yute y suela biodegradable que se destruye completamente en un periodo no mayor a cinco años.

Actualmente, la empresa vende sus productos en Querétaro, Monterrey, así como en la Ciudad de México, y a través de su página de internet el calzado Treeshoes llega a cualquier parte del país.

Inicios

Alejandro junto con otros compañeros de la universidad buscaban crear una empresa en la que todos pudieran ser socios. Concluyeron que lo mejor sería invertir en moda y calzado; por lo que elaboraron un proyecto en el que con la compra de zapatos se apoyara a la reforestación y ganaron un premio otorgado por el Tecnológico de Monterrey, en donde todos los jóvenes estudiaban.

Con los recursos obtenidos al ganar el premio, los universitarios compraron 500 pares de zapatos para venderlos y reforzar la microempresa que apenas comenzaba a surgir; sin embargo, la inversión no fue buena, pues el calzado no cumplía con sus expectativas.

Eso detonó que Alejandro y sus compañeros se dedicaran no sólo a vender, sino también a producir calzado y que este además fuera de materiales biodegradables.

“Eso fue difícil para nosotros porque el producto que compramos no era lo que nosotros esperábamos, tuvimos que decidir si seguíamos con ese producto o hacíamos los necesario para fabricar los zapatos en una empresa que fuera propia. Entonces, nos adentramos en algo más técnico, en el 2015 arrancamos la operación con la empresa que tenemos ahora”, destaca Alejandro.

“Estos 500 pares de zapatos que compramos no tenían ese concepto biodegradable, fue una evolución completa, desarrollamos el tema de la suela biodegradable, ese fue uno de los aprendizajes más grandes en todo este proceso”, agrega.

Concepto

En Treeshoes se vende y fabrica calzado casual para dama, caballero y niños; cada par de zapatos está hecho completamente a mano y con materiales biodegradables.

Es un trabajo casi artesanal que realiza un equipo de cuatro personas en Monterrey. Laura Torres, madre de Alejandro, se encarga de administrar el negocio en Querétaro, en donde vende a través de internet y además, participa en diversos tianguis y bazares artesanales.

“Tenemos un equipo de producción aquí en Monterrey, son cuatro personas, es un equipo pequeño, ellos se encargan de toda la fabricación del tenis, es un proceso muy artesanal hecho 100% a mano con productos mexicanos. Tenemos tienda en línea, en donde vendemos a todas partes de la república, enviamos calzado a todo México en cuestión de dos o tres días. En Querétaro tenemos muchos contactos y con el apoyo de mi familia la marca está allá y se tiene activaciones en diferentes eventos”, refiere.

“Es calzado casual unisex, tenemos una línea para niños, es un tenis muy comodo que se puede usar de manera casual; nos enfocamos mucho en la comodidad del calzado, esa es una de las principales características”, destaca el emprendedor.

Problemáticas

Una vez que la empresa Treeshoes comenzó a operar, Alejandro se enfrentó al primer obstáculo como emprendedor; ver cómo sus socios abandonaron la empresa para dedicarse a otros negocios, en donde el panorama y la economía eran algo más seguro para ellos.

Ahora, Alejandro Galarza es el responsable de echar a andar Treeshoes, él mismo renunció a la oportunidad de ser gerente en una importante empresa de refrescos a nivel internacional; renunció a su empleo para dedicarse de lleno a cumplir su sueño de emprendurismo y de cuidado del medio ambiente.

Otro obstáculo ha sido el de no modificar la esencia del producto, a pesar de lo difícil que es conseguir materiales biodegradables, lo que a su vez aumenta el costo del calzado.

“El año pasado tomé la decisión de dejar mi trabajo en Pepsico para dedicarme de lleno a esto, cumplir el gran sueño millenial de tener una empresa propia. En lo personal, eso fue lo más difícil en todo este proceso, prácticamente dejé una gerencia en la Ciudad de México, algo que podría asegurar mi economía, estuve apunto de tirar la toalla del emprendimiento por irme a algo seguro, pero reflexioné y no me gustó la idea de verme en 10 años en un corporativo, me pareció más atractivo consolidar mi propio ne gocio”, apunta Alejandro.

“Otra de las dificultades es proteger la idea de tu negocio, eso ha sido complejo porque queremos siempre usar materiales que sean amigables y eso es algo que no está en la mente de los mexicanos, es muy complejo de conseguir y por lo tanto se encarece el producto, aunque tú lo veas como cualquier otro, ante los ojos del cliente le parece caro”, señala.

Una vez que Treeshoes se ha consolidado, luego de tres años de trabajojo, Alejandro tiene planes de expandir su empresa a Cancún y San Antonio, Texas. Dice que trabajan en crear un calzado 100% biodegradable, pues los zapatos que venden ahora están hechos en con un 70% de materiales amigables con el medio ambiente. Recomienda a los nuevos emprendedores acercarse a los expertos, aprender de ellos y pedir asesoría, pues dice que uno de los primero errores que comete un emprendedor es creer que él lo puede todo.

“La principal recomendación es encontrar un mentor, el emprendedor luego tiene esta idea de que él lo puede y lo sabe todo, pero siempre se necesita a una persona con conocimientos y con experiencia para que pueda aconsejar porque es un proceso largo y complicado, la otra es consolidar un equipo de trabajo, conseguir gente que tenga sus mismos ideales, que crea en el negocio”, comparte el emprendedor queretano.

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