La Plaza de Toros Juriquilla enmarcó la celebración de fin de cursos de los 45 estudiantes de la carrera de medicina, quienes acompañados de profesores, amigos y familiares, festejaron entre bromas, brindis y momentos emotivos, el fin de una importante etapa.

A partir de las 20:30 horas una caravana de autos comenzó a arribar al jardín principal de la plaza, donde fue dispuesta una carpa palaciega adornada con series de luces que enmarcaron el encuentro de la generación.

En la cena fue servido un banquete especial al gusto de los futuros médicos, y a la vez que  deleitaban su paladar observaron un video en el que se proyectaron una serie de fotografías de los recién graduados, en las que aparecieron orgullosos, celebrando sus logros.

Al término de la cena, se realizó el tradicional pase de lista y  fue pronunciado por el doctor  Miguel Romero, quien felicitó a los estudiantes por culminar exitosamente su proceso de formación.

El recién graduado, José Rincón, fue el encargado de pronunciar un discurso frente a los cerca de 900 invitados que se congregaron.

“Estamos reunidos para celebrar el fin de una etapa y se dice fácil llegar aquí, sin embargo, hemos pasado ocho semestres, 136 semanas, 680 días y 16 mil 320 horas, sin contar aquellas de estudio fuera de clase, y pensar que sólo vamos a la mitad del camino. La Anáhuac nos mostró que no sólo con saber de medicina se forma al médico, tenemos que ser humanos ante todo y ante todos, y esto jamás se nos debe de olvidar”, dijo y agradeció a varios docentes por su labor y entrega en cada clase.

Finalmente, el académico Juan Carlos Barbosa externó algunas palabras a los protagonistas de la noche, a quienes dedicó el gran brindis.

 “México necesita jóvenes con talento y comprometidos con el futuro. Hoy celebran su último día de libertad, porque a partir del primero de julio van a tener que estar siempre atados a su vocación, con entrega y cariño a sus pacientes. Nosotros pretendemos formar doctores que estén comprometidos con la gente; médicos que no vean enfermos, sino seres humanos y que gocen tanto el nacimiento de un niño, como la salida de una enfermedad”, puntualizó.

La noche concluyó con broche de oro, en un gran espectáculo de luces, música de mariachi y banda, donde no faltaron los abrazos entre los recién  graduados, las muestras de cariño y las tradicionales selfies, imágenes que servirán para recordar  en  la posteridad.

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