Las Rutas del Vino en estados como Baja California y Querétaro posicionan a México como un importante destino de enoturismo a nivel nacional e internacional, para quienes disfrutan de “la única obra de arte que se bebe”, señaló Pilar Meré, presidenta de la Asociación Mexicana de Sommeliers.

En entrevista, la también periodista enogastronómica mencionó que estas figuras turísticas, además de promover el vino mexicano, favorecen el desarrollo económico de industrias “hermanas”, como la gastronómica y la hotelera.

“Hablar de una Ruta del Vino no es sólo hablar de vino, es hablar de turismo y esto es muy importante, porque el vino se ha hecho para que la gente lo disfrute… porque alrededor de esta ruta también prospera la oferta hotelera y otro tipo de actividades que han ido en incremento.

“Por ejemplo, hoy por hoy puedes visitar un viñedo y hacerlo en bicicleta o a caballo, o bien puedes visitar un spa. Entonces hay una serie de elementos que se van sumando”, subrayó.

Pilar Meré detalló que en México las Rutas del Vino más importantes están en los estados de Baja California y Querétaro. No obstante, entidades como Guanajuato y Coahuila también poseen estas figuras turísticas.

“La primera creo que fue en Ensenada; hay dos rutas, ellos han preferido llamarlas así porque hacía Valle de Guadalupe está el mayor número de bodegas que se han ido estableciendo y que hay que especificar que no sólo hay un valle... además de Guadalupe está Ojos Negros, San Vicente y Tecate”, señaló la especialista.

Oferta queretana. Por su parte, la Ruta “Arte, Queso y Vino” en Querétaro abarca municipios de Tolimán, Colón, Cadereyta y Ezequiel Montes, donde los visitantes pueden degustar, además del vino que se cosecha en la región, la amplia gastronomía del estado, también puede visitar ranchos y fábricas, esto de acuerdo con datos del portal de internet del gobierno estatal.

“Ésas son nuestras dos rutas importantes, pero pronto vamos a ver más porque ahora ha habido un impulso y en zonas nuevas como Guanajuato, San Luis Potosí, Puebla, Nuevo León, Chihuahua y Sonora hay un crecimiento”, mencionó Pilar Meré.

Este es el caso de Guanajuato, que en sus Pueblos Mágicos —como San Miguel de Allende y Dolos Hidalgo— se ha dado a la tarea de impulsar el enoturismo a través de visitas a los viñedos, así como la organización de eventos nupciales en dichos sitios y con la inauguración del Museo del Vino en Dolores Hidalgo el año pasado.

Pequeños y grandes productores. Por otra parte, en materia de exportación del vino mexicano, Pilar Meré explicó que la industria mexicana del vino está conformada por 128 fabricantes, siendo la mayor parte de ellos pequeños productores que no tienen la capacidad para poder exportar.

“Hay, primero, una diversidad en cuanto a productores, hay grandes, medianos, pequeños y muy pequeños, nanoproductores y hay productores que no tienen viñedo, todavía no tienen área vinícola, pero elaboran vino asesorados por algún etnólogo. Entonces, en ese ámbito no solamente no tiene capacidad de producción y para exportarlo, sino que se le presenta otro problema.

En cuanto al precio del vino nacional, la presidenta de la Asociación Mexicana de Sommeliers destacó que el costo de la bebida va a depender de la calidad y de la mercadotecnia que se le dé a un producto: “Dos vinos mexicanos que están en un rango de 150 pesos hacía abajo, en concursos internacionales en catas a ciegas, han resultado los vinos más premiados del país”.

Detalló que la industria del vino en México se ha mantenido en una línea ascendente en la que los productores están en la búsqueda de aumentar el volumen de producción al incrementar el número de hectáreas sembradas actualmente (3 mil 600), pero sin dejar de lado la calidad.

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