Un letrero grande con la frase “Se lee el tarot, se hacen limpias y se quitan envidias”, invita a la gente a entrar al negocio. Hay espanta suegras en el techo y el canto de varios pájaros en las jaulas del local se mezcla con la música árabe.

En medio de una nube de incienso, Samanta espera a las personas, sentada atrás de una mesa que se encuentra al fondo del negocio donde vende amuletos, hierbas, tés, ofrece limpias y tiene listo el tarot.

Utiliza las cartas y una serie de elementos para “limpiar el alma o espíritu de las personas, porque eso es lo que se contamina y la gente no sabe que lo que trae contaminado es el espíritu”.

Defiende estos espacios donde se ofrece atención al alma, porque “lo invisible a los ojos, no es invisible para los que sí sabemos o estamos atrás de este ocultismo, por eso la gente acude a nosotros”.

Desde hace 10 años practica la lectura del tarot y las limpias. En ese tiempo le tocó ver a muchas personas que intentaron curar algún malestar, físico o emocional, con “todo lo humanamente posible”, porque muchos buscan primero a especialistas médicos o sicólogos, pero cuando no obtienen alivio acuden a ellos, a quienes hacen limpias y quitan brujerías.

“La gente que trae enfermedades diferentes muchas veces busca médicamente y no saben qué enfermedad trae, pero al acudir con nosotros, ese trabajo sí lo podemos hacer, le quitamos lo que la ciencia no puede hacer por ellos”, asegura mientras la música suena.

Samanta dice que la habilidad de hacer estas limpias y leer las cartas depende de un don. Se nace con él. Pero también se requieren conocimientos, hay que aprender varias cosas, como los aromas y los tipos de hierbas, para saber qué sirve para los diferentes casos y así poder ayudar a los demás.

Confiesa que la mayor preocupación de quienes acuden a verla es el amor. Es el tema más socorrido. No entienden por qué sus parejas las abandonan o simplemente por qué no encuentran una pareja.

Su ayuda se vuelve más profunda en esos casos, porque no siempre se trata de leerles el tarot y hacerles una limpieza, sino de ayudarlos a entender qué les pasa y aclarar sus ideas.

“Aquí no es nada más limpiarles el alma, también hay que aclararles el cerebro, porque muchas veces no se dan cuenta que su forma de actuar, cómo piensan o lo que hacen es lo que les da en la torre en realidad. Eso es lo difícil: lograr una limpieza completa de espíritu, pero también que tengan un cambio diferente en el pensar”, resalta la tarotista.

La limpieza del alma con las hierbas y la orientación a través del tarot se convierten entonces en una manera de hacer que las personas se den cuenta de cosas “que no quieren ver o no quieren aceptar”.

A lo largo de una década Samanta aprendió varias cosas que le permiten advertir sobre los riesgos que generan algunas ambiciones.

El deseo de dominar a alguien o tener una relación con alguien puede caer “en una enfermedad”, sobre todo cuando por ese deseo se recurre a prácticas esotéricas en las que “hay distintas fuerzas, porque sí las hay”.

“Algunos ocupan fuerzas muy negativas y puede tener consecuencias diferentes a las que querías que se realizaran. Existe una magia negra y una magia blanca. La gente va a donde les da resultado, pero cuando ya tuvieron malas experiencias de que les fue peor que como estaban, buscan otro tipo de magia”, aclara.

Ella impulsa la magia blanca. Hacer el bien para ayudar a otros. Así que trata de que las personas se sientan fortalecidas después de verla.

Las personas que la buscan necesitan mucha ayuda. Lo nota en cuanto llegan a su negocio. Así que empieza por explicarles las cosas que trae encima y pretende “aclararles el pensamiento” para que sean capaces de ver la realidad, “no las fantasías ni las creencias que a veces traen”.

“Hay que poner un nuevo chip para solucionar los problemas más sencillitos, los más pequeñitos, que puedan entenderlos y verlos”, agrega.

Cambiar la mentalidad de quienes la buscan es el verdadero reto. Para que les quede claro que ellos mismos pueden solucionar sus problemas, pero es la parte más difícil. “Las brujerías siempre son fáciles de trabajar, pero tu entendimiento ¿cuándo?”.

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