Actualmente el estado de Querétaro está en la mira nacional por dos fraudes millonarios que recientemente acaban de tener lugar. El primero: la Caja Popular “30 de agosto” ha dejado a más de 12 mil socios sin los ahorros de toda su vida, algunos de hasta 2 millones de pesos; por otro lado la empresa Oceanografía, cuyo presidente es el actual dueño de Gallos Blancos, y que está siendo investigada por presunto fraude a Pemex y a Citigroup (grupo bancario al que pertenece Banamex).

En Querétaro dinero hay, para unos cuantos, y se mueve rápido. No es la primera vez que suceden este tipo de estafas, desde el 2006 al menos tres cajas populares han defraudado en su mayoría a gente humilde, que a pesar de que tenían cantidades que muchos no podemos ver en efectivo estás significaban los ahorros que tenían por vender sus tierras, sus animales o producto de jubilaciones.

Sin lugar a duda conocer los testimonios de los afectados de la caja popular, en los diferentes medios de comunicación que han dado cobertura, genera un sentimiento de rabia e impotencia al no poder hacer mucho para devolver los 300 mil o 900 mil que tenían ahorrados, que los guardaban para realizar una boda o comprar un automóvil ante su grande edad y su incapacidad para trasladarse.

No solo Oceanografía y Amando Yáñez están involucrados en el polémico fraude por 400 millones de pesos, se investigan también los hermanos Javier y Óscar Rodríguez Borgio, dueños de grupo gasolinero mexicano, del casino Big Bola y de Libertad Servicios Financieros (antes Caja Libertad) quienes se infiltraron en Pemex a través de la renta de barcos a Oceanografía y ofrecieron créditos de nóminas a los empleados de la paraestatal.

En ambos casos hay muchas preguntas y pocas respuestas. Pareciera ser casos que salen de la imagen positiva que tiene el gobierno del estado y que se refleja hacia el interior y hacia el exterior. Pareciera que no es el Querétaro que tanto se pregona, sin embargo sí es Querétaro, es nuestro estado, el cuál día con día va perdiendo su imagen de grandeza, si es que un día la tuvo.

Es un hecho que los que de verdad han defraudado son la clase política en el poder, en primer lugar por permitir a empresarios como Yáñez y los Rodríguez Borgio instalarse en la entidad sin realizar una investigación previa de sus cuentas, a menos que ellos se hayan puesto de acuerdo con las carteras de las autoridades estatales y éstas se hicieran “de la vista gorda”.

En segundo lugar han defraudado a casi dos millones de habitantes de un estado donde la inseguridad aumenta día con día, las autoridades roban, matan, atropellan, chocan alcoholizadas, donde existe una diferencia abismal entre los magnates dueños de algunas propiedades que se pueden observar en la ciudad y los que viven en Santa Rosa Jáuregui que además, si eran ahorradores de la “30 de agosto”, se han quedado sin un centavo, viva imagen del capitalismo en el cual el pobre se hace cada día más pobre y el rico se hace cada día más rico y estos gobiernan el estado.

Este fraude que han cometido nuestros gobernantes no se va a revertir sin la exigencia de los socios afectados, es decir de los ciudadanos. En teoría, la clase política en el poder deben estar a nuestro servicio, pues de nuestros impuestos ganan (y no es poco lo que ganan). Es tiempo de colocar un nuevo gerente, uno que esté al servicio del pueblo y no solo eso, que tome las decisiones con todos y que vele por los intereses de todo Querétaro.

Juventud Progresista de Querétaro, PT

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