Mohamed Moustafa llegó a Querétaro hace un año. En plena pandemia abrió su negocio de productos de Medio Oriente, pero pronto, para sobrevivir, cambió a la venta de productos sanitarios. Hoy, señala que aunque las ventas de cubrebocas, oxímetros y demás artículos aumentan, no se compara con lo que vendía hace un año. La gente ya no tiene tanto miedo, dice.

Una mujer pregunta desde el interior de su coche si tiene cubrebocas KN95 y oxímetros. Mohamed responde que sí. La mujer orilla su auto sobre avenida Juárez y espera a que una trabajadora lleve tres cajas de cubrebocas y el aparato.

Mohamed, originario de Egipto, explica que llegó a Querétaro hace un año y al país hace cuatro, pero que en un inicio vivió en la Ciudad de México. En plena emergencia sanitaria abrió su negocio de productos de Medio Oriente, muchos de los cuales son de Egipto.

En la puerta del local se anuncian los productos que, en este emergencia sanitaria, son de primera necesidad. Cubrebocas, caretas, oxímetros, botes de gel antibacterial son buscados por los peatones y automovilistas que pasan por avenida Juárez. Aunque, a decir del mismo Mohamed, la demanda no es la misma que hace un año.

“En este momento lo que más se vende son las cosas para el Covid-19. Oxímetros, cubrebocas, termómetros infrarrojos, gel sanitizante. Lo demás está muy tranquilo. Como ya salió la gente de tanto que no trabajaba, que estaba en casa. Siempre compra las cosas más importantes, como la comida y los cubrebocas”, señala.

Originalmente, la tienda de Mohamed sólo vendía los productos importados de Medio Oriente, pero por la contingencia decidió ofrecer un plus, algo que le diera más ingresos.

“No había nada que se vendiera de las cosas de Medio Oriente y uno tiene que pagar, tiene muchos gastos. Tienes que pensar cómo hacerle, qué vender, para dónde va a ser el movimiento y metimos el giro de los artículos sanitizantes”.

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Explica que ahora, aunque se está ante una tercera ola de Covid-19, la gente no compra tanto los productos sanitarios.

Hace un año, comenta, se vendían más productos de bioprotección. Ello, quizá porque todavía no había vacuna.

“Cuando salió la vacuna la gente ya no estaba tan asustada como antes. Entonces bajó la venta. Bajó demasiado, como 80%”, destaca.

Agrega que como actualmente ya los sectores de la población más vulnerables se han vacunado, quedando el sector de 40 años o menos, lo toman más a la ligera, dejando las medidas de protección de lado, a pesar del aumento de los casos, dice.

Apenas el lunes, la Secretaría de Salud estatal reportó 285 casos nuevos de Covid-19 en la entidad en un fin de semana.

Sin embargo, la ciudadanía relaja las medidas sanitarias, con excepciones. Aunque en menor medida, todos los productos de bioseguridad se siguen vendiendo.

A pesar de ello, las personas se detienen a comprar los productos sanitarios. Los cubrebocas son los más socorridos. Los clientes aprovechan para mirar los productos que además se ofrecen en el negocio. Destaca un sarcófago de tamaño natural. También papiros con jeroglíficos egipcios, pintados a mano con colores brillantes que remontan a una de las civilizaciones más antiguas y esplendorosas de la humanidad.

Mohamed dice que decidió radicar en México porque tiene hermanos que tienen más de 30 viviendo en el país y vio una buena oportunidad para crecer en suelo mexicano. “De la República Mexicana me gustó mucho la cultura y la gente. Son muy amables, son muy parecidos a los egipcios.

“El clima también es muy importante, porque se parece mucho a Egipto. Y a Querétaro porque está mucho más tranquilo que la Ciudad de México. No me gusta el tráfico y el movimiento. La gente anda como loca allá. Tengo que ir una vez a la semana a la Ciudad de México y me siento como un pez fuera del mar. Quiero volver rapidísimo a Querétaro”, dice mientras ríe.

A pesar de la crisis, afirma que le va bien en el negocio. Los queretanos, asegura, tienen mucho interés por las culturas de Medio Oriente.

Sin embargo, no fue fácil. Abrió su negocio poco antes del principio de la pandemia y del confinamiento. Señala que fueron tiempos complicados.

“Cerramos totalmente. Nos quedamos en casa. Cuando nos dieron chance de abrir no vendimos. Cuando salimos otra vez fue casi empezar de cero. Sufrimos un poco, como todo el mundo, pero vamos bien, gracias a Dios. Nosotros venimos de una tierra donde salimos a luchar y vivir bien”, enfatiza.

Mohamed tiene a su familia en Egipto, a la cual trata de visitar cada dos meses. Además de extrañarlos, dice que añora la comida. Dice que no come mucha carne, y en México la mayoría de los alimentos tienen carne o pollo. Tampoco come mariscos, sólo pescado.

Es optimista sobre el futuro, por lo que espera que la situación sanitaria y económica del país y el estado mejoren.

Otro cliente llega. Pregunta por el precio de la caja de cubrebocas. Mohamed y una empleada atienden las preguntas del joven hombre que aprovecha para comprar estos productos de primera necesidad en tiempos de la tercera ola.

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