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Tania Limas López Velarde se presenta con la gente que quiera escucharla, les ofrece separadores de libros con un poema de su autoría atrás del mismo, es una forma de hacerse de recursos y de acercar el arte a las personas, su arte en pequeñas dosis.
La joven, de 24 años de edad, dice que escribe poesía regularmente, aunque ocasionalmente escribe cuentos cortos, mientras que su trabajo en la música se centra en un dueto de jazz, con el cual estuvo tres años, mudándose a Cozumel.
Las letras le vienen de familia, pues dice que su tatarabuelo fue primo del poeta de la nación, Ramón López Velarde, originario de Zacatecas. Parentesco del cual no supo hasta los 19 años.
Justo cuando regresó a Querétaro supo que ganó una beca del Programa de Estímulo a la Creación y Desarrollo Artístico de Querétaro (PECDA), por un proyecto que tenía desde hacía años de escribir un libro, por lo que ahora se centra más en el mismo, que girará en torno a la poesía y la fotografía.
Raíces artísticas
Narra que desde niña en su entorno estuvo presente el arte, pues recuerda que su abuelo tenía muchos libros y muchos discos, por lo que la lectura le llamó desde pequeña, empezando a escribir a los 12 años de edad.
Tania recorre algunas de las plazas públicas de la capital. Mochila a la espalda y con pensamiento positivo, ofrece los separadores de libros que ella misma hace y en los cuales plasma un ejemplo de su poesía.
Para alguien que se dedica a la literatura o pretende dedicarse a alguna expresión artística es complicado vivir de lo mismo, “es complicado en cuanto a lo económico, porque para ser artista necesitas tiempo, porque para la creación necesitas tener ese tiempo a solas, para poder enfocarte, entonces si trabajas ocho horas, te queda muy poco tiempo para enfocarte. Decidí no estar metida en un lugar, por eso decidí vender los separadores que hago con mi poesía para poder buscar mis oportunidades.
“Es difícil porque tienen que tocar puertas, pero una vez que ya estás dentro, cuando ya están haciéndolo la vida, el universo te pone personas en el lugar correcto, se van creando conexiones y se facilita mucho el proceso”, indica.
La joven se acerca con los paseantes que descansan en las bancas del jardín Guerrero, les ofrece los separadores. Muchos escuchan con atención a la esbelta joven. Ella muestra los separadores y las personas escogen el que les gusta, cooperando así con Tania.
“En este proceso nunca me imaginé comprar algo en la calle, nunca. Llegué a tocar en la calle, pero era diferente porque era como una presentación y es algo que te gusta hacer mucho. Yo veía a la gente que hacía cositas y decía: nunca voy a hacer eso (ríe). Pero tengo un amigo que es artesano y aprendí a hacer un poco de artesanía, me animé a ofrecerla a la gente. Eso me abrió la mente, pero lo quería hacer con algo que me gustara y empecé a ofrecer los separadores, los pinto con acuarelas y les escribo mis poesías”, explica.
Indica que normalmente la gente la escucha, pues cuando llega se presenta con su nombre y les dice que vende los separadores para poder escribir un libro, les dice lo que es, sin mentirles, vendiendo su arte, para generar más arte, siendo esa su forma de expresarse y de comunicarse, así como tener contacto y acercar su poesía a la gente.
“Muchas veces se han abierto conmigo, hasta se quedan platicando conmigo, y la verdad me va muy bien. A veces nos subestimamos como población. He escuchado a muchos artistas decir que aquí (en Querétaro) no hay cultura, que la gente no entiende de arte y no apoya, pero al final de cuentas si crees en lo que haces, se te van a abrir las puertas y la gente te va a escuchar y la gente se va a acercar (a tu arte)”, subraya.
A disfrutar el arte
Agrega que la población queretana aprecia las expresiones artísticas, pues hay mucha gente que disfruta observar y hacer arte. Naturalmente, dice, hay lugares donde el trabajo artístico es mejor recibido, pues, en su experiencia, estados como Chiapas y Oaxaca también tienen a una población que disfruta del arte.
En Oaxaca, señala, hay más apertura hacia las expresiones artísticas, lo que considera se debe al mayor número de personas que transitan las calles de la capital de ese estado, mientras que en Querétaro, es un poco más difícil, pues “hay que buscarle un poco más”.
Originaria de Querétaro, Tania ha tenido la oportunidad de recorrer algunos estados del país, siempre llevada por la música, aunque en todos los lugares la poesía ha estado presente, encontrando siempre respuestas positivas a su trabajo.
“A veces hay momentos difíciles, en donde dudas, donde preguntas si lo estás haciendo bien, pero justo en ese momento, cuando dudas, es cuando más fuerza debes de tener y tienes que hacerlo. Aunque haya días en los que no generaste nada de dinero, pero escribiste o dibujaste o a lo que te dediques, eso ya es un éxito”, sostiene.
Tania ve con optimismo el futuro, lo ve próspero, porque tiene fe en que se pueden lograr sus propósitos, materializar sus sueños, en este caso su libro, y seguir estudiando, escribiendo y hacer lo que le gusta.
Añade que entre sus planes cercanos está hacer estudios literarios más en forma, aunque dice que lo mejor es la práctica, la disciplina diaria de escribir, pues muchas veces se toman clases de algo, pero lo que realmente funciona es la escritura diaria, constante.
El libro, puntualiza, le gustaría verlo publicado en febrero del próximo año, para tenerlo bien en forma, cumpliendo con su sueño, con su proyecto anhelado desde hace varios años. De hablar de ello, el rostro de la joven se ilumina.
Tania se da tiempo de leer algo que escribió, que llamó Momento magnético: “Al extremo de la línea que es la vida, me encuentro suspendida,a veces, mayoritariamente, sumergida. Al otro extremo de la línea, te encuentras tú, y la espera indefinida de esta insospechada energía, que tal vez nos reunirá algún día”.
Tania camina por las calles queretanas, su andar es rápido, no voltea hacia atrás, no le hace falta, mira al frente, hacia el futuro.
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