Se convierte en otro mundo completamente diferente al que vivías, es todo un proceso que debes de aprender, expresó Óscar Silva Tovar al contar como de la noche a la mañana perdió la movilidad en sus piernas.

Óscar es comunicólogo y trabajaba en el centro de comunicación de la Universidad del Valle de México (UVM), pero tenía todo listo para renunciar y emprender su negocio de ensamble de computadoras e internet, proyecto que se derrumbó en un abrir y cerrar de ojos cuando una infección en la médula cambió su futuro.

Un día empezó a sentirse mal. Óscar estaba afiliado al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), donde después de hacer varios análisis, el diagnóstico de los médicos fue siringomelia.

Es un trastorno en el cual se forma un quiste lleno de líquido (siringe) dentro de la médula espinal. Con el tiempo, puede aumentar de tamaño, dañar la médula espinal, causar dolor, debilidad y rigidez, entre otros síntomas.

“Fue de un día para otro, yo tenía mi negocio, estaba en la UVM en el centro de comunicación y puse un negocio de ensamble de computadoras, internet y todo eso. Primero me atendieron en el Seguro Social, después me llevaron al Centro Médico Siglo XXI. Me salvaron la vida porque era una infección y podía llegar al cerebro.

“Tuvo secuelas porque ya no puedo caminar, lo bueno es que evitaron que falleciera. Todos los gastos los absorbió el Seguro Social, e incluso hicieron todo lo posible para que fuera en Querétaro mi recuperación”, narró.

Nueva vida.

Debido a esta situación, Óscar vendió todo lo que había logrado adquirir para su negocio, porque pensó que ahí terminaría su vida, estaba muy enojado, pero no deprimido.

“Hubo coraje y frustración, no llegue a la depresión, muchos llegan a ese grado, sí me di a la idea de que no iba a servir para otra cosa”, reconoció.

Al contar con las prestaciones del IMSS, Óscar también recibió atención sicológica; sin embargo, explica que esta opción no es obligatoria y hay personas que deciden no tomarla.

Ha sido un camino largo para Óscar y su familia, pero cuenta feliz que ellos no lo han abandonado. Vive con su hermana y con su cuñado, para quienes también ha sido un proceso complicado.

“Para mi familia fue difícil, la cuestión de que tienes que cargar con alguien o llevarlo a algún lado, trasladarlo a terapias, yo las tomé en el CRIQ, pero es ir acomodándose con ellos porque no sabes, como fue de la noche a la mañana cuesta más trabajo”, contó mientras movía las ruedas de su silla.

Al quirófano sólo entró una vez, cuando le hicieron un drenado de líquido de la médula, sobre todo porque ya se había generado una lesión y no había otra posibilidad de que recuperara la sensibilidad y movilidad desde el tórax hasta sus extremidades inferiores.

“El tratamiento que tenía era de un año para quitar la infección y fue para relajar los músculos de las piernas porque estaban contracturados, pero ya no tomo nada”, expresó con una sonrisa en la cara.

Actual empleo.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), las personas con discapacidad en edades laborales tienen el doble de probabilidades de mantenerse sin tener empleo.

Para Oscar está estadística no aplica, ya que hoy en día es autosuficiente y trabaja en la promotora Merhen, en el área de comunicación organizacional, el ámbito en el que es profesionista.

“Mi cuñado trabaja aquí cerca y me lleva en su coche, ya una vez que te adaptas te puedes mover, entro a las 7:00 y salgo a las 16:00”, señaló feliz, luego de no permitir que la adversidad truncara su futuro profesional y personal.

En cifras y de acuerdo con cálculos de la OMS, en México existe una población discapacitada de 14%, es decir, más de 16.5 millones de mexicanos padecen alguna discapacidad física o mental.

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