A falta de industria para emplearse, además de la escasez de agua de lluvia para que se logre la cosecha de maíz, garbanzo y frijol, en la Sierra Gorda del estado de Querétaro, diez mujeres han encontrado el sustento económico de sus familias en la elaboración de utensilios domésticos de barro, material que es extraído de esta zona de la entidad.

El proyecto es impulsado por medio del Grupo Ecológico Sierra Gorda, con el fin de empoderar a los habitantes de esta área protegida (principalmente, mujeres). Otro de los propósitos es que los pobladores generen sus propios recursos económicos con el uso responsable de la naturaleza de esta área, cuyos fines son turísticos.

Dorotea Loredo Loredo, de 71 años de edad, es la persona encargada de transmitir el conocimiento necesario para la elaboración de las piezas de barro serrano a las mujeres de su comunidad, quienes han sido el sustento de sus hogares cuando esposos e hijos deciden emigrar a los Estado Unidos en busca de una oportunidad de trabajo.

“La elaboración es un proceso a mano. Primero se consigue el barro y el xililite al monte, lo que nos demora de tres a cuatro horas, después sigue molerlo en el metate, combinar los ingredientes y ponerle agua para formar una pasta moldeable”, explicó Loredo Loredo.

En una jornada de trabajo las 10 mujeres crean en promedio 100 figuras de barro, las cuales se venderían por precios desde los cinco hasta los cien pesos, dependiendo del tamaño, el decorado y la complejidad en cuanto a la elaboración de la pieza de cerámica.

“Ahora, tenemos la producción detenida porque los hornos se nos descompusieron; era un horno que teníamos al que le dimos diez años de uso, sin embargo, según tengo entendido, que el grupo de la Sierra Gorda nos va a ayudar para poder conseguir otro horno nuevo”, recordó Dorotea. De la misma forma, explicó que en el taller se utilizan dos técnicas para la creación de las piezas de barro, la primera es de forma manual, es decir, que la pieza se lija; mientras que la otra corresponde al uso de moldes de yeso.

Los moldes con los que las mujeres de La Soledad de Guadalupe—comunidad de Jalpan de Serra— ya se encuentran sobreusados, lo que provoca que se rompan durante el proceso de creación de los utensilios de barro.

“Es muy importante que las mujeres sepan hacer algo, porque en este lugar no hay otra cosa en que emplearse, así que es importante que las mujeres aprendan a hacer algo, para que no dependan del marido”, enfatizó Dorotea Loredo Loredo.

Agregó que los hombres que deciden no migrar en busca del ‘sueño americano’, se dedican a la agricultura, no obstante, Loredo dijo que esta actividad no garantiza el sustento, debido a que el maíz no se logra por la falta de lluvia.

En su oportunidad, Elena Gutiérrez, habitante de Jalpan de Serra e hija de Dorotea, externó que se encuentra orgullosa del trabajo que desempeña para su comunidad, pues ayuda a que tanto hombres como mujeres logren el sostén de un hogar.

“Los trastes cuestan desde cinco hasta ochenta pesos, es muy barato porque lo único que ponemos es el trabajo; todo lo demás viene del cerro, además del esfuerzo y creatividad”, concluyó.

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