“Paso redoblado, ya”, “Marcar el paso, ya”, y los silbatos, se escuchan en avenida Zaragoza, la mañana del lunes, cuando se realiza el desfile deportivo para conmemorar el 109 aniversario del inicio de la Revolución Mexicana.

Los estudiantes de las diversas secundarias y planteles de educación media superior, así como los contingentes del Indereq marchan ante la mirada de queretanas y queretanos que pese al día de asueto deciden levantarse temprano al centro de la ciudad para ver la parada, a la que asisten las autoridades del estado y que sirve también para entregar el Premio Estatal del Deporte.

Las calles que llevan a Zaragoza están cerradas. Los cortes a la circulación incluyen al barrio de La Cruz, donde los paseantes, ajenos al desfile, buscan un lugar dónde almorzar en familia.

La mayoría de los negocios ya están abiertos a las 10:00 horas, principalmente los de comida. Los encargados quieren aprovechar las ventas del último día del fin de semana largo.

Frente a San Francisquito los diferentes contingentes se preparan. Los maestros de los planteles educativos participantes dan las últimas instrucciones a los chicos, quienes lucen sus pats y sus uniformes impecables, bien planchados, con tenis o zapatos relucientes, según sea el caso.

Los familiares de los muchachos aprovechan para tomarles fotografías. Otros usan esos últimos minutos antes de iniciar el desfile para motivarlos, para “apapacharlos” previo a su participación.

El desfile comienza. Los contingentes llevan a cabo diversas tablas gimnásticas y ejercicios para los cuales se prepararon durante semanas. Los aplausos de los presentes ni se hacen esperar. Reconocen el esfuerzo de los chicos.

Los deportistas con discapacidad, de las disciplinas de deporte adaptado se llevan una ovación cálida de los asistentes. Reconocen el trabajo y empeño que ponen a sus disciplinas deportivas.

También están presentes los colegios de bachilleres. Algunos de sus alumnos desfilan con sus uniformes. Otros lo hacen como adelitas y juanes.

A la par que avanzan las diferentes escuelas lo hacen los familiares de los alumnos que toman parte del desfile. Mientras los contingentes avanzan por el cuerpo de Zaragoza que corre en dirección a Bernardo Quintana, los familiares de los chicos caminan por el que corre en sentido de 5 de Febrero.

Las indicaciones de los maestros, junto con los silbatos ponen en alerta a los jóvenes, quienes no mueven un músculo del rostro. Están concentrados en su rutina.

La Centenaria y Benemérita Escuela Normal del Estado de Querétaro (CEBENEQ), la Universidad Tecnológica del Estado de Querétaro (UTEQ), la Universidad del Valle de México (UVM), las academias deportivas cuyos alumnos lucen orgullosos sus medallas.

No faltaron las academias deportivas municipales con sus diferentes disciplinas, como basquetbol, taekwondo, atletismo, box, así como basquetbol en silla de ruedas, cuyos integrantes se llevan un gran reconocimiento del público.

Casi al final, desfila un carro alegórico del ejército mexicano que fue decorado como locomotora de vapor, silbato incluído. Elementos de las fuerzas castrenses que viajan a bordo saludan a los ciudadanos que observaban su paso. Los trenes jugaron un papel importante en la gesta revolucionario, pues fueron usados para el traslado de tropas, provisiones y suministros de los diferentes grupos beligerantes.

Más atrás otros carros alegóricos revivían a las adelitas “echando” tortillas al comal. Algunos afortunados pudieron degustar alguna gordita que les es obsequiada por las mujeres que en el fogón calientan estos antojitos. Principalmente niños son quienes son beneficiados con un bocado de media mañana.

También presente está la máquina 501, la que corrió por Sonora, según dice el corrido, aunque el acto heroico de inmolación de Jesús García Corona haya sido en 1907, tres años antes del inicio de la Revolución.

La Policía Estatal desfila con un carro alegórico con una réplica del Monumento a la Revolución, a ritmo de La Rielera, cuyas Adelitas desfilan portando réplicas de fusiles de asalto AR-15, y no los famosos Winchester modelo 1894, mejor conocidos como carabinas 30 30, una de las armas más populares en el conflicto revolucionario.

El contingente de la Policía Municipal es bien acogido. El público les aplaude y reconoce su trabajo. Los participantes del contingente responden los saludos de los ciudadanos.

Detrás de ellos se escuchan las sirenas de las vehículos de dos de las corporaciones más reconocidas por la ciudadanía: los bomberos y la Cruz Roja.

A su paso la gente aplaude y bomberos y paramédicos responden con las manos. Los niños son los más emocionados.

Desfilan también los charros, ataviados con ropa revolucionaria, montados en sus corceles que lucen teniendo de fondo la Alameda Hidalgo.

Al final, pero también reconocidos por los asistentes, el personal de limpia de la ciudad, que escobas en mano va limpiando lo que los demás contingentes dejaron.

Poco a poco los asistentes se marchan. Es ahora cuando los negocios de comida aprovechan para vender sus alimentos a quienes vieron desfile y que tras hora y media y más de dos mil personas que participaron en la parada, quieren algo para el hambre de media mañana.

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