Aumentar el número de participantes en la Liga de Campeones no sólo extendió el sueño de levantar la “Orejona” por toda Europa… También permitió que algunas rivalidades nacionales mutaran en continentales.

Peculiaridad que esta temporada, gracias al Borussia Dortmund y al Bayern Munich, se presenta por cuarta ocasión. La batalla que sostendrán en el pasto sagrado del estadio Wembley será la primera protagonizada por alemanes. Las Ligas de España, Italia e Inglaterra ya tuvieron ese honor.

El 24 de mayo de 2000, el estadio de Francia —en Saint Denis— albergó el primer juego por el título europeo entre equipos que compiten en el mismo certamen nacional. El Real Madrid no tuvo problemas en superar al Valencia (3-0). Fernando Morientes, Steve McManaman y Raúl González marcaron para los entonces dirigidos por Vicente del Bosque.

En la campaña 2002-2003, el catenaccio llegó a su clímax sobre el escenario del Teatro de los Sueños. Las calles de Manchester fueron inundadas por miles de tifosi, ya que la Juventus y el Milán dirimieron al monarca continental. Partido trabado, cátedra defensiva, poco espectáculo y sin anotaciones. Los más de 60 mil asistentes a Old Trafford tuvieron que esperar la tanda de penaltis para desahogar la tensión acumulada durante 120 minutos.

Los rossoneros se impusieron (3-2), más allá de que el holandés Clarence Seedorf y el georgiano Kahka Kaladze erraron sus disparos. Por la Vecchia Signora, fallaron David Trezeguet, Marcelo Zalayeta y Paolo Montero. El ucraniano Andriy Shevchenko marcó el de la victoria.

El 21 de mayo de 2008 tocó el turno de los representantes de la Liga Premier inglesa, aunque se dio hasta el otro extremo del continente: en el estadio Olímpico Luzhniki de Moscú, Rusia. El Manchester United y el Chelsea fueron los contendientes.

Tras un empate (1-1) tras los 120 minutos, gracias a las anotaciones de Cristiano Ronaldo y Frank Lampard. De nueva cuenta entre clubes del mismo país, hubo penaltis.

Los Blues parecían encaminarse a su primer título europeo después de que CR7 fallara el tercer disparo de los escarlatas, pero el capitán John Terry erró el último. En muerte súbita, acertaron Anderson, Salomon Kalou y Ryan Giggs… Hasta que el francés Nicolás Anelka falló.

Sui géneris capítulos de un libro que se alimentará con otro duelo entre viejos conocidos con mentalidad de hierro.

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