MEMPHIS.— No se necesita ser un gran experto para darse cuenta que estos no son los Lakers de Los Ángeles de antaño. Son un equipo que se ve viejo, que luce incapaz de dar la pelea como un equipo de élite.

Ni el regreso de Kobe Bryant tras su lesión en el tendón de Áquiles ha sido suficiente para darles la apariencia de un contendiente.

Apenas el pasado lunes en Atlanta, los Halcones, que no son, ni de cerca, uno de los mejores equipos en la débil Conferencia Este, les hicieron 114 puntos.

Al cierre de esta edición, Los Ángeles caían ante los Grizzlies de Memphis.

Más allá de ese resultado, es evidente que a estos Lakers les hace falta trabajo antes de suspirar por Playoffs, especialmente en el complicado Oeste.

“Los que hablan de junio son ustedes”, dijo el entrenador Mike D’Antoni. “Ahora simplemente nos enfocamos en ganar un juego”.

Por ahora, el oxidado Bryant es el menor de sus problemas. Ante los Halcones, Elton Brand, Al Horford y Paul Millsap dominaron a placer a Pau Gasol, Robert Sacre y Jordan Hill.

Cierto, Bryant metió sólo cuatro de los 14 tiros que tomó, y perdió cinco balones, pero es algo normal luego de la lesión que lo alejó ocho meses de las duelas. Además, Bryant juega como armador, mientras Steve Nash, Steve Blake y Jordan Farmar se recuperan de lesiones.

Al tener que pasar, antes de tirar, Kobe no es el mismo.

“Estaban esperándolo en medio campo y lo hacen trabajar mucho”, aceptó D’Antoni. “Eso nos limita”.

Bryant sufrirá mientras los armadores titulares no vuelven a la cancha.

“Los duelos espalda con espalda son complicados”, dijo Bryant. “Pero hay que estar listos y hacer lo necesario para ponernos en el camino correcto”.

Como sea, no es algo fácil para Bryant, que nunca se había lesionado así.

“Cada noche es como un crucigrama diferente”, dijo Bryant, quien también está aprendiendo lo que le funciona y lo que no.

“Es difícil decir cómo voy progresando, porque hay cosas que creo poder hacer y otras que no, que apenas están volviendo. Pero debo ser paciente y seguir trabajando para volverme más fuerte”.

El pie y el tobillo de Kobe aún le dan molestias.

“Es cosa de tiempo, mientras más actividad tenga, el tobillo se acostumbrará”.

Por eso Bryant no entra en pánico por el récord de 11-13. Los rumores de cambios no son una preocupación.

“Sería decisión de la directiva, ya hemos tenido inicios lentos en el pasado y hay que estar concentrados. Hay cosas que podemos controlar y otras que no”, aseguró Bryant.

Por ahora, son más las segundas que las primeras.

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