Cruz Azul se hizo de su quinta victoria con una polémica arbitral que los perseguirá los próximos días. Un par de dudodos penaltis que desplumaron a los Gallos Blancos (1-2).

Puntos valiosos para La Máquina que llegó herido a Querétaro, luego del tropiezo ante el América (1-3). Los pupilos del español Francisco Jémez son adictos al drama, pero siguen de lleno en zona de clasificación, con 21 puntos.

Mientras, los de Jaime Lozano siguen con 11 unidades en el sector bajo. “Ya estamos cansados [del arbitraje]. No pienso demeritar el esfuerzo de los rivales, pero es lamentable, es un robo”, acusó ante la prensa Joaquín Beltrán, presidente deportivo de Querétaro.

Para este cotejo, los de La Noria hicieron su visita con un esquema más ofensivo, para cubrir la ausencia —por acumulación de tarjetas— del volante Édgar Méndez.

Explosiva faena con la que arrancó el árbitro Érick Yair Miranda, en el estadio La Corregidora. En 12 minutos pitó tres penaltis.

La primera pena máxima la causó el defensa cementero Julián Velázquez, por una falta dentro del área, a los tres minutos. Al cobro, el brasileño Camilo Sanvezzo que se la hizo imposible al guardameta José de Jesús Corona para abrir el marcador. Dos minutos después, otro penalti, pero a favor de La Máquina, sin embargo, el tiro de Christian Giménez fue atajado por el cancerbero Tiago Volpi.

Pero la vida da segundas oportunidades, aunque tenga que echar mano de la controversia. Martín Cauteruccio, a los 12’ y 87’, condujo la remontada 1-2, con penaltis erróneamente señalados por supuestas manos de Jaime Gómez y Jonathan Bornstein.

“Nunca hablaré del árbitro, ni a favor ni en contra. Estos son de los partidos que no se pueden perder”, dijo Paco Jémez.

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