Parecería que los dirigentes del futbol mexicano “sólo esperan que haya un muerto, para poner en acción muchas soluciones que se han dado al problema de la violencia en los estadios”, dice el sicólogo del deporte, Octavio Rivas.

Asesor de Pumas, Cruz Azul, Monterrey y la Selección Nacional, Rivas organizó tres congresos de porras, auspiciados por la Federación Mexicana de Futbol, mas al paso de los años, las conclusiones que se sacaron de éstos, “nunca fueron aplicadas, no sé el porqué”.

Recuerda que en esas reuniones, celebradas en Guadalajara en un par de ocasiones, y en Morelia, hubo soluciones importantes, “propuestas por los mismos porristas o barristas. Hubo dos o tres líderes a quienes se les consideraba como violentos, que se calmaron y controlaron a sus integrantes, pero... Después hubo dos o tres directivos que les dieron dinero y los mandaron a Argentina para que vieran cómo podían hacerle al machito“.

El hacerle al machito no era más que aprender a formar grupos de choque: “Ese es el punto, los utilizan para mantener sus intereses personales, no los del grupo. Fue lo mismo que sucedió en las universidades, que para tener el control de las masas, los dirigentes sinvergüenzas contrataban porros, les daban dinero; pero de repente estos grupos empezaron a hacer lo que les venía en gana, como es ahora la policía comunitaria. Parece que policía y ladrón es lo mismo, sólo hay que cambiarles el uniforme”.

Los dirigentes de la Federación acudirán este día a la Cámara de Diputados a exponer el problema y hablar de posibles soluciones.

—¿Cree que van en serio?

“No lo sé. En los tiempos de los congresos hablamos de poner cámaras para vigilar, y ahí están, pero no funcionan. La idea es que alguien se haga responsable, pero esto genera un orden y sobre todo un gasto, y ahí ya no les gusta. La gente acostumbrada a su rutina no tiene ni un poquito de tiempo para organizarse, a pesar de los beneficios que pueden tener”.

—¿Estamos cerca de una tragedia en los estadios?

“Parece que esperan eso, ver cuántos muertos hay para meter técnicas y tácticas. De milagro no ha ocurrido nada”.

Al final, el doctor Rivas afirma que el concepto de porras o barras, “no es malo”. Lo que lo cambia son las personas. Mira, yo soy cirujano, con un bisturí te puedo salvar la vida o clavártelo y hacerte daño. Las barras y las porras no son lo malo, sino en manos de quién están y para qué fines se mueven. Al final, todo es cuestión de educación”.

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