El 9 de enero de 1983, en un encuentro ante el desaparecido Neza, Enrique Meza Enríquez abrazó la carrera de director técnico de Primera División.
“Eso fue hace 31 años, y la verdad, en ese tiempo no me imaginaba que duraría tanto”, dice el ahora técnico de Pachuca, y que se ostenta como de los más ganadores en la historia de la Liga mexicana con cuatro campeonatos nacionales obtenidos y uno internacional, la Copa Sudamericana.
“Se fueron dando las cosas. Nunca hubiera imaginado ser tan feliz en esta actividad. Mi familia lo ha disfrutado mucho, pero también lo ha sufrido”, dice el profe con nostalgia.
Del primer juego dirigido, “ni me acuerdo. Sé que fue ante Neza (empató a cero goles). Fue algo especial, entre por El Gato [Miguel Marín] porque lo castigaron en el juego contra Puebla [por dar un cabezazo al árbitro Jesús Mercado]”.
En estos 31 años, Enrique Meza no se queda con los títulos con Toluca, o con los Tuzos. “Me quedo con el cariño de la gente. Me han pasado muchas cosas. Se decía que no tenía personalidad para tratar con los jugadores, entre otras cosas. Vinieron buenos momentos, otros no. Pero la gente donde quiera que voy, me trata muy bien”.
Y todo se debe a que en el momento más negro de su carrera, dio la cara. “Si algo me marco por siempre, fue cuando vuelvo de la Selección de Honduras [en 2001]. Habíamos perdido y alguien me decía que salieramos por la puerta de atrás, para que la gente no me viera. Me negué, tenía que dar la cara. Sin el ánimo de sermuy valiente, era importante salir como Dios manda. Pedí que se hiciera la conferencia para que la gente me escuchara. Me insultaron, me gritaron muchas cosas, pero esa decisión me marcó y creo me ganó mucho respeto”, afirma.
Ahora, a 31 años de distancia, Enrique Meza tiene hambre por cosechar logros, y se niega a aceptar su aportación al futbol mexicano. “Eso no lo sé. Tuve a los mejores técnicos de México, me dediqué a viajar mucho cuando no tuve trabajo y saque conclusiones sobre cómo creo se debe de jugar. Pero ¿qué le di al futbol mexicano? No soy nadie para darle algo, sólo respeto a esta gran profesión”.
