El prodigio, la magia y el talento de Gabriel García Márquez iluminaron hoy el encapotado cielo gris sobre la Feria de Frankfurt con motivo de la presentación de la nueva traducción alemana de Cien años de soledad para conmemorar los 50 años de su publicación, que se han cumplido este año.

Decenas de personas se congregaron en una de las salas del gigantesco recinto ferial, donde se negocian frenéticamente derechos editoriales, para convivir de nuevo unos instantes con la obra, la figura y la alegría del maestro colombiano.

Todo ello de la mano de su paisano y amigo el escritor Héctor Abad Faciolince y de la alemana Dagmar Ploetz, que afrontó el desafío de volver a traducir, cincuenta años después, la que sin duda es una de las obras en español más leídas en Alemania de todos los tiempos.

Abad relató varias anécdotas y peripecias de Gabo, que como él mismo dijo, "convertía la vida en un cuento de las mil y una noches", a lo que se sumó también la agente literaria alemana Michi Strausfeld, mientras que Ploetz leyó algún pasaje de su obra más celebrada y detalló el reto que acometió.

"Las dificultades son grandes, una siente mucha responsabilidad de traducir una obra así, hay que fiarse del autor y seguirlo bien de cerca y entonces los problemas se diluyen en cierto modo", reconoció la alemana, que también ha traducido otros clásicos latinoamericanos como "Pedro Páramo", de Juan Rulfo.

Ploetz confesó que trabajó sin haber leído la primera traducción ya que, de lo contrario, se "hubiera vuelto loca" y que solo después de haber acabado su primer borrador comparó ambas.

"Me di cuenta de que algunas cosas eran muy parecidas y otras completamente distintas porque mi predecesor no dominaba muy bien el español, a pesar de ser un gran literato que escribía muy bien", dijo.

Con todo, hubo frases de la traducción original que le gustaron más que las suyas y las introdujo "a modo de homenaje" a la obra de su predecesor.

Además de deleitar al público con episodios y detalles de la vida de García Márquez, el colombiano Abad destacó "el logro maravilloso de hacer una literatura de gran calidad, que los eruditos leían con gran placer, encontrando alusiones muy sofisticadas, burlas o risas" y que los lectores normales también disfrutaban con igual deleite.

"Aunque está lleno de exageraciones, aunque su lenguaje es elaborado, es también de una poesía sencilla que los lectores normales captan a un nivel y los lectores elevados disfrutan a otro", dijo .

Para el autor de El olvido que seremos, eso es "algo maravilloso que no siempre ocurre en otros tipos de escritores que son más herméticos, más reservados, más de elite".

"Esa combinación, que está muy clara en Cien Años de Soledad, es extraordinaria", resaltó.

La presentación de la nueva traducción alemana de Cien años de soledad inundó de magia un rincón de la feria, que hoy premió a la cineasta española Isabel Coixet por su adaptación de la novela The bookshop de la escritora británica Penelope Fitzgerald para su última película La librería.

Coixet fue galardonada con el premio a la mejor filmación literaria internacional que concede anualmente la Feria del Libro de Fráncfort desde 2004.

El jurado consideró que en su película, la cineasta catalana ha transmitido el especial ambiente del libro y la personalidad de la principal protagonista con mucha sensibilidad".

Entre las películas finalistas al premio que concede la Feria del Libro figuraban también Disobedience, el primer trabajo en inglés del realizador chileno Sebastián Lelio, basada en una novela de Naomi Alderman, y "Killing Stella", del austríaco Julian Pölser e inspirada en un libro de Marlen Haushofer.

Protagonismo hispano en la primera jornada de una feria en la que participan 168 editoriales españolas, con pabellones propios o agrupadas en el recinto de la Federación de Gremios de Editores de España.

Una edición en la que Francia es el invitado de honor y que espera este año un significativo crecimiento de la negociación de derechos editoriales, según sus organizadores.

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