Realizar un buen trabajo, ya sea en el mundo de la economía, del arte, de la política o de cualquier otro tipo, genera un posicionamiento positivo de la persona que realiza dicho trabajo.

El posicionamiento también puede darse como producto de la publicidad en medios de comunicación. Y toca a los ciudadanos constatar si el posicionamiento o imagen de una persona, o de un equipo de personas, corresponde a su capacidad para ejercer un cargo o realizar una actividad determinada.

En el caso de los informes de los políticos, por ley se ha determinado que la publicidad en medios masivos de comunicación, con imágenes o voz de los funcionarios se limite a una semana antes y una después de un evento denominado “informe”.

Pero eso no implica que los funcionarios deban trabajar en secreto y nadie sepa qué están haciendo para evitar que parezca que con su trabajo están haciendo campaña política para un siguiente puesto. Por el contrario, es conveniente que el haya transparencia y posibilidad de que los ciudadanos estemos informados de lo que hacen los funcionarios y que haya cercanía continua entre ambos, ya que de esto depende la construcción de lazos que permitan la gobernabilidad en todos los niveles.

Ayer, sábado 6 de septiembre, rindió su segundo informe legislativo el senador Francisco Domínguez Servién, y me parece justo reconocer que en dicho informe se reflejaron cuatro aspectos del trabajo que ha venido realizando.

Uno de ellos es la visión de que el trabajo político genere beneficios para todos. Pancho impulsó contenidos en las reformas para que los recursos que se obtengan se traduzcan en apoyos para los jóvenes y para los adultos mayores; en ahorros para contingencias y en recursos para investigación y desarrollo. Que las regiones metropolitanas integren servicios, que se facilite la movilidad, la gestión, la generación de energías limpias, entre otras cosas.

El segundo aspecto es el carácter que imprime en sus acciones, tanto para integrar equipos, como para que se logren resultados. No es fácil encontrar personas que tengan o hayan adquirido el carácter para dirigir o gobernar.

El tercer aspecto es la experiencia. Desde que tuve la oportunidad de darle clases de matemáticas en la prepa del Colegio Fray Luis de León, observé su inquietud de abanderar causas de interés general. Lo hizo también como estudiante de Veterinaria. Luego, como dirigente de porcicultores y ganaderos, en defensa de los productores nacionales ante el Tratado de Libre Comercio. Como diputado federal y luego como alcalde de la capital queretana gestionó y manejó recursos. Ya como senador, su participación en integrar los órganos de vigilancia de los recursos que se generen por energéticos fue relevante y , apenas hace unos días, defendió a los cañeros nacionales ante las condiciones injustas que les tratan de imponer para vender sus productos al exterior.

El cuarto aspecto es la cercanía. Su trabajo como productor ganadero, como comerciante, su participación en asociaciones, sus campañas para buscar el voto, su trabajo como funcionario y su propio estilo personal le ha permitido una cercanía importante con la ciudadanía para captar el sentir de los diferentes sectores de la población y plasmarlo en leyes y políticas públicas que ayudar a las mayorías.

El reconocimiento del trabajo político, sin distingos partidistas, además de ser un acto de justicia, favorece la integración de grupos y la suma de esfuerzos en favor de todos.

Aprovecho también para reconocer y felicitar a El Universal Querétaro por su segundo aniversario en esta ciudad, ya que gracias al esfuerzo de sus directivos y su personal tenemos la oportunidad de compartir semanalmente nuestras opiniones por este medio.

Analista político y miembro del PAN

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