La estrategia del gobierno federal del presidente López Obrador en materia de seguridad es un fracaso total e innegable (las cifras son contundentes, ya se rebasaron los records de muchos delitos como son: homicidios dolosos y extorsión o cobro de piso —ya hasta hay  parroquias que, víctimas de la ineptitud gubernamental y su estrategia fallida, son amenazadas por los criminales quienes les cobran “derecho de piso”—. El territorio controlado por el crimen organizado se ha extendido, la impunidad campea y por ende la “disuasión” que pudiesen significar las fuerzas de seguridad es prácticamente nula —hoy son los delincuentes los que corretean a la Guardia Nacional.

El presidente y legisladores de Morena afirman que están atendiendo las causas de la violencia lo que es una mentira, ya que parten de que el origen de la delincuencia es la pobreza por lo que erróneamente creen que la ciudadanía se traga el cuento de que mediante programas sociales, por cierto mal diseñados, focalizados, y corruptamente operados (que en realidad es regalar dinero a cambio de votos) van a fomentar el tejido social y disminuir los actos delictivos. El planteamiento es absurdo y la realidad lo evidencia.

Tengamos presente que el presidente ha contado con todo lo que ha solicitado para atender la seguridad en el país. Las y los diputados federales de Morena y sus aliados le han aprobado todos los presupuestos que ha solicitado para atender este rubro. También el Congreso de lo Unión le aprobó la creación de la Guardia Nacional supuestamente bajo un mando civil, aunque en los hechos son los militares quienes la coordinan y dirigen.

En suma, el gobierno federal ha contado con todos los presupuestos y herramientas que ha solicitado y los resultados en materia de seguridad son terribles. Si lo anterior es sumamente preocupante, lo que resulta ya alarmante es que el presidente,  no obstante que se lo han pedido de mil formas, expertos, académicos, activistas de una y otra ideología, y hasta sacerdotes, se niega a modificar su estrategia y en tanto no lo haga los homicidios, los cobros de piso y muchos delitos más  seguirán creciendo y con ello el número de víctimas. Desgraciadamente muchas inocentes.

Fuente de los Deseos: Ojalá que las y los mexicanos despertemos y nos demos cuenta que la mayor responsable de la delincuencia en nuestro querido México no es otra sino la terquedad presidencial de sostener una estrategia que ya demostró, de manera irrefutable, que no funciona. Ojalá lo recordemos al momento de votar.

Exsenador

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