Dos hechos trascendentales para nuestra sociedad han marcado la semana que recién concluyó. Uno, el anuncio del inicio de actividades destinadas a conmemorar a la familia. La otra, la colocación de la primera piedra de lo que será el tercer Centro de Día en el municipio, que llevará por nombre Meni (“familia” en Ñañhu).

Ambos son temas que van tan íntimamente ligados, que su fractura o descuido puede ser la causa de la ruptura del tejido social. Por el contrario, su solidez y cuidado dan la pauta para tener una sociedad unida y socialmente fuerte. En la formación de una persona, a lo largo de toda su vida, participan diversas instituciones y organismos construidos y constituidos por esta sociedad como es la escuela, la religión, los medios de comunicación y el mismo Estado a través de sus estructuras gubernamentales. De todas ellas adquiere conocimientos, comportamientos y reglas y asimila que ceñirse a ellas garantiza la convivencia humana.

La base de la sociedad. No obstante la importante contribución de tales instancias, la base de la estructura social y, por consecuencia, la responsable de la primera y fundamental formación del individuo, es la familia. Es este núcleo esencial de la sociedad en el que el ser humano adquiere sus primeros y más sólidos valores que lo guiarán por el resto de su vida.

Es en el seno de la familia en el que aprende a distinguir lo bueno de lo malo, lo importante de lo intrascendental; es en donde comprende el significado de la solidaridad, de la unidad y del amor filial, entre muchos otros principios sociales.

Tener claro el valor de la familia nos debe llevar a preservarla a toda costa frente a cualquier amenaza, por mínima que sea. Independientemente de quiénes conformen este núcleo social, la familia es la esencia de la sociedad. Por consecuencia, su existencia y salud es la garantía para que el tejido social se mantenga sólido y solidario.

Por todas estas y muchas otras razones es que el municipio de Querétaro celebra el Día de la Familia, que se conmemora el primer domingo de marzo.

Tercer Centro de Día.  Proteger a la familia pasa también por la protección de la infancia y específicamente por los niños que se encuentran en la calle, pidiendo dinero, vendiendo golosinas y corriendo diversidad de riesgos que no enfrentan los infantes que se encuentran al seno de su familia.

Pienso que el hecho de dar dinero a esos niños es el inicio de una cadena que incluso lleva escenarios de trata, escenarios de explotación y en contra de lo que hoy un niño debe gozar todos los días, que es la oportunidad de estudiar, de sonreír, de ser feliz, y nosotros mismos la coartamos.

Por esta condición es que tomé la determinación de recuperar uno de los centros de día que habían dejado de utilizar para este propósito desde la administración anterior y que se utilizaba como bodega.

Paralelamente, mi administración decidió realizar una inversión de más de 15 millones de pesos en San José el Alto para construir el tercer centro de día, denominado Meni, que tendrá capacidad para atender a 150 niños y niñas de 6 a 12 años de edad, a quienes ofrecerá apoyo integral para su desarrollo.

Conciencia social. La sociedad queretana tiene plena conciencia de la importancia de la familia. Hoy requerimos cerrar filas para que ellas —nuestras familias— se mantengan sólidas y unidas frente al peligro innegable de que el tejido social se deteriore.

Esta solidez y unidad familiar se garantizará mediante el cuidado que prodiguemos a todos sus integrantes, lo que significa alejarlos de la delincuencia y de las drogas; fomentar la educación y el respeto; impulsar entre sus integrantes la sana convivencia y el rescate de los espacios públicos.

Celebrar a nuestras familias es celebrar a nuestra sociedad, a nuestro municipio y a todos y cada uno de los queretanos que diariamente se esfuerzan por tener una mejor sociedad.

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