Entre los diversos desafíos que se tienen en Querétaro, como en todo el país, está el de contar con mejores gobiernos, lo cual exige excelentes gobernantes.

Se requiere de gobernantes con conocimiento del pasado, presente y visión de futuro, con cultura general, que tengan imaginación, prudencia, sentido de la observación y humildad intelectual.

El atributo más deseable que distingue a los buenos gobernadores es su sabiduría, lo cual se relaciona con su inteligencia, sensibilidad, prudencia, visión, sencillez, capacidad oratoria, dedicación plena, capacidad de gestión, compromiso social, capacidad para identificar las áreas de oportunidad y el camino para avanzar en la prosperidad y en la calidad de vida de la población.

En las últimas décadas se ha agregado la exigencia de gobernar cuidando el medio ambiente, estableciendo políticas públicas, normatividad y acciones que aseguren el desarrollo bajo un esquema de sustentabilidad. En Querétaro, hemos tenido buenos gobernadores, no es necesario citar sus nombres, podemos distinguirlos.

Entre los grandes retos del ejercicio de la democracia está el de lograr conciliar los intereses de los partidos políticos con los desafíos para construir un Querétaro mejor. Se comprende que el candidato y el partido político triunfador de los comicios tendrán que gobernar para todos, incluidos los ciudadanos que no les otorgaron su voto. Una vez que asumen el gobierno, deben ser incluyentes, sumar voluntades y propósitos, pensando en el bienestar del estado y de su población.

En los procesos de contienda electoral, muchos candidatos a puestos de elección hacen todo tipo de ofrecimientos y promesas, se muestran en fotos alzando algún niño o junto a una anciana y luego los convierten en anuncios espectaculares a la vista de la gente, asisten a eventos en donde puedan lograr una buena foto con personas respetadas y de prestigio, o junto a personas humildes, tratan de verse cercanos a todos.

Los candidatos difícilmente hablarán de aumentar impuestos, en cambio, ofrecerán alguna disminución, lo que usualmente les permitirá aumentar simpatías y en consecuencia votos a su favor. Poco se oirá a un candidato plantear el aumento de impuestos, sin embargo, debiéramos escucharle con atención, podría ser el mejor candidato, recordemos que la infraestructura requiere de recursos económicos y de acciones bien llevadas a cabo, lo que podría dar lugar a mayor prosperidad y calidad de vida.

En los foros de consulta a los que convocan los candidatos, se presentarán propuestas y requerimientos que podrán ser incorporados a un plan de gobierno. Quien aquí escribe ha sido testigo de candidatos al gobierno estatal que han tenido el valor civil y la responsabilidad de expresar en el momento, oportunamente, su punto de vista desfavorable a alguna propuesta, explicando atinadamente la razón, lo cual resulta honesto y altamente respetable, no crean expectativas falsas; si bien es cierto que no descalifican de forma absoluta o arbitraria la propuesta, actúan con prudencia y sensibilidad.

Un buen gobernante para Querétaro deberá crear una plataforma apoyada en verdades firmes, estables y fundamentales en la que cree profundamente y que forman la base de su filosofía; debe ser una persona justa, mesurada, que escucha atentamente, íntegra y honesta, que dice la verdad, que gobierna con autoridad moral y representa lo mejor para sus ciudadanos. El gobernante no sólo se concentra en el hoy y el ahora, sino en un futuro de mejores oportunidades y con la calidad de vida que las generaciones venideras quisieran heredar, debe ser visionario. Su autoridad se derivará del hecho de que profese lo que predica, no hará que las emociones se activen con promesas falsas, sino que cumplirá su palabra y hará lo que dice que va a hacer.

Ex rector de la UAQ

zepeda@uaq.mx

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