María es socia y dirigente de una caja popular del sur de México. Conoció el movimiento cooperativista a través de un amigo y a partir de ahí se “enganchó”. Entendió que un crédito solidario de su caja la ayudaría a crecer económicamente y la educación cooperativa la transformaría como persona. Hace un balance y me cuenta que ha recibido más de lo que podía esperar.

María asistió al Foro Nacional de Cooperativismo en México, organizado por el Instituto Nacional de la Economía Social (INAES) en la CDMX y espera reforzar la integración de los más de mil cooperativistas participantes, me dice que todos somos hermanos y debemos unirnos.

María vive en una de las zonas más pobres y bellas de México: Guerrero. El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) publicó que del total de la población, 43.6% vive en condiciones de pobreza (53.4 millones de personas) y un 7.6% se encuentra en condiciones de pobreza extrema (9.4 millones de mexicanos). Los municipios con mayor nivel de marginación y pobreza se encuentran en los estados de Oaxaca, Chiapas y tristemente, Guerrero. Es ahí donde la banca comercial no llega y no quiere llegar porque no hay negocio, pero las cajas populares aceptaron servir desde 1951 en las comunidades más alejadas y vulnerables.

El Foro Nacional de Cooperativismo sirvió para visibilizar el potencial de este sector de la economía social y solidaria. En 3 días de intensas actividades formativas se conocieron las mejores prácticas de las cooperativas de ahorro y préstamo que dan servicio a más 8 millones de mexicanos y expertos internacionales compartieron su visión de la “innovación social más potente que ha tenido la humanidad desde el siglo 18”, en palabras del director general del INAES, Juan Manuel Martínez Louvier.

El camino al desarrollo es largo y difícil. En México aún podemos encontrar personas muy ricas, de estatura internacional, como personas tan pobres de nivel mundial. No es pecado ser rico ni se le culpa. Lo grave es distinguirse por la gran desigualdad de ingresos que tiene la población en el país. Los cooperativistas ven el mundo de una manera distinta: establecen que pertenecer al “artefacto social más depurado para enfrentar la crisis” es abrir la puerta sin discriminación a todos los que acepten los requisitos de sus miembros. Esa adhesión abierta permite el acceso a la creación de riqueza y la eliminación de la pobreza, los socios contribuyen de manera equitativa al capital de la cooperativa y lo controlan democráticamente. Las cooperativas están centradas en las personas, sin un fin lucrativo, no perpetúan ni aceleran la concentración del capital y distribuyen la riqueza de forma más equitativa.

A unas cuadras del hotel sede del foro, se encuentra la mítica oficina del Secretariado Social Mexicano que gestó con miles de hombres y mujeres la libertad terrenal del pueblo mexicano hace 68 años. En la calle Roma 1, en la colonia Juárez, se reunieron las mentes más brillantes de su generación, lideradas por Pedro Velázquez y Manuel Velázquez, padres fundadores de las cajas populares que hoy transforman el país.  #PorUnCapitalEnManosDelPueblo

@JUANP_DELEON
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