“Si hacíamos la consulta NAIM conforme a la legalidad hubiéramos tenido que esperar demasiado” “Cuando nos robaron la Presidencia en 2006, mandé al diablo a sus instituciones, no a las instituciones.” “Quiero llegar con las riendas del poder en mis manos para el 1 de diciembre”, palabras de López Obrador en entrevista en una televisora nacional.

Pareciera que nos estamos refiriendo a la obra de George OrwellIn 1984, inquietante interpretación basada en la crítica a los totalitarismos y a la opresión del poder, situada en 1984 en una sociedad inglesa dominada por un sistema de “colectivismo burocrático”.

Agreguemos, el movimiento de AMLO cuenta con la mayoría de representación en el Senado, en la Cámara de Diputados, en algunos Congresos estatales y en la Asamblea Legislativa de la Ciudad de México. Morena ha recibido el financiamiento que el Estado otorga a los partidos. Morena ejerce libremente sus tareas legislativas. Morena gobierna varios municipios en el país. Morena celebra libremente sus congresos y mítines.

Además, con la reforma a la administración pública se está cumpliendo lo dicho “al diablo con sus instituciones” se debilita la democracia institucional. Es un agravio al federalismo y la soberanía de los estados.

Vemos a AMLO ante una “retrotopía”, que es la historia de una decepción. Comenta Bauman, “la felicidad ya no está en el porvenir, sino en un pasado que se idealiza y se recompone, como si el fulgor o la intensidad no fuesen posibles en el futuro, sino en un recuerdo que luce todas sus galas”.

Todos los días, Morena presenta una iniciativa para otorgar al próximo presidente de México un poder omnímodo

Para muestra, la propuesta de reforma al artículo 17 Ter de la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal: “El titular del Poder ejecutivo federal contará en las entidades federativas con las Delegaciones de Programas para el Desarrollo que tendrán a su cargo la coordinación e implementación de planes, programas y acciones para el desarrollo integral, funciones de atención ciudadana, la supervisión de los servicios y los programas a cargo de la Secretarías, las dependencias y entidades, así como la supervisión de los programas que ejercen algún beneficio directo a la población”.

Estos delegados supervisaran la aplicación de los programas federales, dirán cómo, cuándo y de qué modo participarán y tendrán vos en las reuniones de seguridad pública sin ser expertos en la materia y con la ausencia del mandatario estatal. Se percibe que los delegados tendrán facultades superiores a los mandatarios estatales y serán intermediarios entre un gobernador electo y el presidente de la República.

Otro ejemplo de autoritarismo, los seguidores de AMLO criticaron duramente la Ley de Seguridad Interior, como candidato ofreció retirar de las calles a los militares que, desde hace décadas, realizan labores policiales en varias ciudades de México, sin embargo han callado ante la figura de Guardia Nacional.

Entre las propuestas de reforma a la Constitución General, se encuentra la propuesta de derogar la facultad del Senado para dar su consentimiento para que el Presidente de la República pueda disponer de la Guardia Nacional fuera de sus respectivas entidades federativas, quedando en manos del presidente la decisión.

Más todo lo que se pueda derivar de las reformas comentadas, el federalismo mexicano se ve amenazado, ante el doble discurso, el mantener dos ideas contradictorias al mismo tiempo.

Algunos articulistas opinan que el triunfo de AMLO derivará en un Congreso Constituyente en 2021, una nueva Constitución en México y al menos 2 sexenios para afianzar en el país la cuarta transformación: el desmantelamiento del federalismo mexicano.

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