Está visto que ningún gobierno, ninguna sociedad, han estado preparados para afrontar de una mejor manera la actual pandemia, sin embargo, no había manera de hacerlo, hoy, los detractores del actual gobierno no pueden incluso señalar que en México no se está haciendo lo mismo que en las principales economías del mundo, porque también ellas están siendo azotadas y tomadas por sorpresa en sus respectivos gobiernos.

No obstante, la actual contingencia nos viene aportando una serie de conocimientos y experiencias que es necesario tener presentes, está visto, como lo señalaba renglones atrás, que no existe un sistema político o un modelo económico que sea capaz de resistir el embate de una pandemia con las características de lo que actualmente estamos viviendo. La velocidad con la que se ha propagado el contagio tomó malparados a gobiernos de todas las  ideologías políticas.

Sin embargo, minimizar o menospreciar el tema y sus consecuencias está mostrando no ser la mejor vertiente y aquí es justo en donde nos queda la segunda experiencia, la de seguir apostando por la ciencia como la mejor manera de afrontar y superar este tipo de situaciones. La ciencia sigue siendo un tema de vital importancia para la sobrevivencia de la especie humana como la conocemos.

También vale muchísimo la pena poner de relieve un hecho que en lo personal me parece de los más destacados y que constituye una de las mejores lecciones de nuestras actuales circunstancias y que es el hecho, notable, del mejoramiento de las condiciones de nuestro planeta en torno al aspecto climático, pues la notoria reducción de la actividad industrial en el mundo parece estar mostrando los beneficios en la recuperación de mejores condiciones ambientales, lo que sin duda ha representado un respiro para nuestro plantea. Esta la ubicaría quizá, como una de las lecciones más importantes de nuestra actual circunstancia.

Ahora bien, en el aspecto social y humano, varias son las lecciones y todas ellas igual de relevantes e importantes, a decir, el hecho de que esta pausa, nos ha permitido empatar con las condiciones y formas de vida de muchos de nuestros compañeros de travesía en ésta aventura llamada vida y en nuestro tránsito por éste mundo. Hoy sabemos, que hay trabajos  que es posible seguir desplegándolos desde nuestras casas, lo que sin duda representa una situación de privilegio para algunos, pero que también hay otros, cuyo desarrollo es indispensable que se siga realizando en las condiciones ordinarias, lo que desde luego representa mayores condiciones de riesgo para los que se encuentran en tales supuestos.

A partir de nuestra actual condición, hemos sabido que hay trabajos que parecen modestos, pero que son vitales para la supervivencia de cualquier sociedad, hoy sabemos también, que no están del todo bien remunerados, por mucho dinero que la gente pueda tener para poder llevar a cabo un confinamiento domiciliario, para tener la oportunidad de permanecer resguardados en sus casas, es claro que no podrían subsistir sin el trabajo y los riesgos que conlleva el trabajo de quienes no han podido quedarse en sus casas. Los riesgos los alcanzan a ellos y a los demás integrantes de sus respectivas familias. En esa parte, nuestra consigna será la de trabajar para procurar mejorar las condiciones de quienes deban permanecer trabajando en tales condiciones.

Hoy sabemos, que es posible hacer una pausa en el trajín diario de la vida, en la actividad industrial en el mundo, que es posible hacer a un lado los propios intereses para anteponer el bienestar de la mayoría, el bien común, el bienestar colectivo. Las circunstancias nos han obligado a hacer una repaso, concienzudo, de las relaciones personales y familiares en nuestro entorno, en nuestro primer círculo y desde luego, en nuestras familias. Hoy las prioridades en nuestras relaciones, parecen desde luego, ser otras.

Finalmente, siempre será un buen momento para honrar el sacrificio de muchos y quiero aprovechar este espacio, para honrar el sacrificio y el esfuerzo de todos aquellos trabajadores del sector salud, comenzando por las enfermeras, los doctores, los camilleros, los técnicos radiólogos, los técnicos laboratoristas, los archivistas, las trabajadoras sociales, el personal administrativo y de admisión y todos aquellos quienes durante la actual pandemia no tuvieron la opción de irse a sus casas a resguardarse porque justamente ellos representaban nuestra primera línea de contención en ésta guerra por la salud contra este nuevo virus.

Ha sido particularmente generoso el esfuerzo que vienen realizando a sabiendas de que no fueron oportunamente equipados, no obstante, salieron a combatir este nueva enfermedad, con temores mayores incluso que los que cualquiera de nosotros podíamos tener, porque nadie mejor que ellos conocen las condiciones de esta nueva enfermedad y no obstante, lo hicieron con la convicción de estar cumpliendo con un deber profesional que han honrado como muchos de nosotros no hemos podido hacerlo.

Sólo espero y hago votos, porque pasando todo esto, la clase política tengamos la capacidad de reconocer la generosidad y recompensar a todos y cada uno de los trabajadores del sector salud que hoy son fundamentales para la derrota de este nuevo gran adversario.

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