En este año se autorizó por el cabildo el programa municipal de desarrollo urbano de Querétaro, considerando la realidad actual y la necesidad de dirigir apropiadamente el crecimiento de nuestra urbe. Este programa tiene como objetivo general en su eje 3, denominado Ciudad Compacta, mejorar la calidad de vida de la población del municipio de Querétaro mediante un modelo de ciudad compacta con un enfoque metropolitano a veinte años y sustentable, lo que puede percibirse positivamente; sin embargo, cabe valorar la pertinencia de dicha compactación ante las condiciones actuales y la posibilidad de disponer de la infraestructura que haga viable el objetivo general mencionado.

La estrategia que se plantea para llevar a cabo el objetivo general pretende garantizar la planeación urbana y el ordenamiento territorial, lo que en principio resulta de lo más apropiado, como una exigencia fundamental. También se compromete a garantizar la cobertura de los servicios públicos de calidad, en lo que es muy fácil estar de acuerdo, la población lo reclama. Asimismo se expresa, como otra garantía de la estrategia, la ampliación de las alternativas de movilidad para el ejercicio del derecho a la ciudad, lo cual en esencia es favorable y seguramente refiere a la incorporación de las bicicletas. Ha causado controversia el que a costa de disminuir los carriles para los automóviles se tracen las ciclovías, considerando la de por sí deficiente capacidad de las vialidades de nuestra metrópoli.

La ZMQ se ha venido extendiendo de manera impresionante, la población crece aceleradamente, pero la infraestructura no lo hace en la misma proporción, cada día se percibe el impacto de un parque vehicular que aumenta y lleva al colapso las vialidades. Sin embargo, las vialidades principales y las secundarias no tienen condiciones que permitan aumentar sus capacidades, las consecuencias negativas aumentan cada día, por ejemplo, los tiempos de traslado siguen creciendo y van de la mano con mayor contaminación atmosférica y del suelo. A lo anterior debe agregarse la pérdida de horas hombre y el estrés que se acumula en los habitantes, lo que significa pérdida de calidad de vida.

Un aspecto toral que debe observarse, como despropósito, es considerar que nuestra ciudad llegue a dimensiones como las que se mencionaron con motivo de la aprobación del programa municipal de desarrollo urbano de Querétaro, bajo el criterio de ciudad compacta, favoreciendo el crecimiento hacia adentro y vertical. Se plantea que nuestra metrópoli llegue a tener 4.5 millones de habitantes y que se tenga la capacidad para recibir en los próximos 60 años a 4 millones de habitantes. Con ese tamaño de metrópoli los costos ambientales y los recursos que se requerirían serían enormes, la calidad de vida se deterioraría impresionantemente; con la infraestructura de que se dispone y la traza actual de la urbe, resulta de escasa viabilidad cumplir el objetivo general.

Debe evitarse la dispersión en la ZMQ, pero en lo referente al crecimiento vertical se requiere prudencia. Sí es pertinente instituir medidas para que el acceso a los servicios no requiera largos desplazamientos.

La densificación de la población en la ZMQ asociada a la compactación puede tener grandes beneficios, pero se requiere de la infraestructura necesaria que evite el colapso de las vialidades y los diversos servicios públicos. Evidentemente, un sistema de trasporte colectivo moderno, accesible y eficiente es fundamental para la movilidad.

Es indispensable que el crecimiento de la urbe se encuentre en relación directa con la mejora de calidad de vida de la mayoría de la población. También es necesario moderar el tamaño de nuestra ZMQ impulsando otros polos de desarrollo en el territorio queretano que resulten sostenibles.

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