En los últimos años, las acciones de mejoramiento y ampliación de las viviendas han estado cobrando mayor importancia, pues entre 2006 y 2012 de cada 10 créditos de financiamiento para vivienda, 4 se destinaron para este fin y 6 para la adquisición de casas nuevas.

De acuerdo con información del Módulo de Condiciones Socioeconómicas 2012 del Inegi y de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), esta situación responde en buena medida al crecimiento poblacional en zonas urbanas y a la posible insuficiencia de espacio de las viviendas que se construyeron en la última década.

En ese periodo, según datos oficiales, la proporción de viviendas con necesidades de ampliación pasó de 9.3% a 14.4%. En términos absolutos, la necesidad de ampliación de vivienda creció de dos millones en el año 2000, a cuatro millones en 2010.

La necesidad de mejoramientos se ha mantenido constante en términos absolutos en los 3.5 millones de viviendas; como porcentaje del parque habitacional, esta necesidad disminuyó de 14.5% en 2000 a 13.2% en 2010.

El Inegi sostiene al respecto que en se registraron 30.8 millones de viviendas particulares habitadas, de las cuales 2.9 millones requieren ser remplazadas debido a sus características en materiales, espacios e instalaciones, y 12.3 millones deben ampliarse o mejorarse.

Las proyecciones de Conapo señalan que para atender el crecimiento de la población en los próximos 20 años, se demandarán 10.8 millones de soluciones de vivienda, lo que brinda una oportunidad de negocio importante para las empresas que trabajan en la remodelación o rehabilitación de inmuebles viejos.

En el documento base para la elaboración de los Programas Nacionales Desarrollo Urbano y Vivienda 2013-2018, Sedatu señala la importancia de atender estas necesidades en tanto que las consecuencias del deterioro de una unidad habitacional no sólo recaen sobre ésta, sino que afecta su entorno, pues provoca la desvalorización de las propiedades de la zona, deterioro en las estructuras urbanas e incluso degradación social. Este fenómeno, añade, se observó en los centros históricos de varias ciudades mexicanas.

En este sentido, uno de los principales retos en materia de vivienda consiste en proteger el patrimonio de millones de familias, mediante la rehabilitación del parque habitacional existente.

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