En medio de la crisis que enfrentan las principales vivienderas del país, empiezan a surgir pequeñas empresas dispuestas a ofertar diferentes opciones como la compra de vivienda usada o edificios que previamente fueron remodelados o rehabilitados.

Federico Sobrino Bracamontes, director de Administraciones Maja, detectó que la compra de vivienda usada está adquiriendo gran importancia entre los derechohabientes que cotizan en el Infonavit y el Fovissste.

El empresario inmobiliario calcula que en el Distrito Federal y Área Metropolitana hay más de 750 mil departamentos potencialmente reciclables o edificios viejos que pueden ser remodelados o rehabilitados para su venta.

Hoy, añade, estamos hablando de que 5 de cada 10 créditos para vivienda que se entregan se van a la compra de vivienda usada, incluido el Programa Mejora Tu Casa, lo que demuestra que el derechohabiente no piensa necesariamente en adquirir un inmueble nuevo.

Pensando en todo esto decidimos encontrar una solución para los derechohabientes o para la gente que quiere vivienda en el Distrito Federal, no cara, accesible. “Buscándole se nos ocurrió un programa que se llama Rehavive, es decir, remodelar vivienda o rehabilitación de vivienda vecinal”, dijo Sobrino Bracamontes.

Así nació la idea de este proyecto, por ahí de 2007 o 2008, el cual consiste en comprar edificios viejos, pero estructuralmente en buenas condiciones, para remodelarlos y cambiarlos a condominios y utilizar los créditos del Infonavit, Fovissste y bancos para poder reutilizarlos.

Es una buena solución para cientos de trabajadores y sus familias porque tendría ahorros importantes, por ejemplo en el costo del transporte, ya que estarían a dos, tres o cinco cuadras del metro y no tendrían que desplazarse a grandes distancias, como lo hace ahora la gente que adquirió una vivienda en Tizayuca o Tecamac.

“Para 2011 creamos la empresa y empezamos a buscar edificios viejos; buscamos, buscamos y no encontramos, porque el problema que hemos enfrentado es que en edificios de tres o cuatro pisos, en donde la planta baja tiene locales comerciales, el resto o están abandonados o están invadidos o prevalecen contratos viejos, rentas congeladas…así hay muchísimos en todo México”, dijo el empresario.

Cuando nos damos a la tarea de ver esos edificios y acercamos al dueño, inmediatamente surge la especulación; de no valer realmente físicamente nada, para el dueño vale una fortuna que no está dispuesto a perder, lo que eleva los costos y hace imposible llevar a cabo el programa, por lo que decidimos contruir edificios nuevos mientras llega nuestro producto.

Sin embargo, el especialista, dijo que esta es una solución excelente para todo el corredor Tlalpan, en ambos lados.

En todas las colonias o delegaciones de la ciudad de México hay esto que estamos proponiendo; edificios en donde no se va cambiar en absoluto la densidad, en donde no se va a cambiar nada, porque además es parte del proyecto, no tirar muros o volver a levantar porque necesitaríamos una licencia de construcción.

Lo que hacemos, añadió, es “desvestir todo el inmueble y volverlo a vestir. Si el edificio tiene 10 departamentos o 10 recámaras, el edificio se queda con 10 departamentos y 10 recámaras”.

El director de Administraciones Maja considera que el esquema que están siguiendo es viable y aunque se pensó originalmente para la Ciudad de México, puede ser replicable en el resto del país, sobre todo en ciudades medianas y grandes e incluso, consideró el experto, que puede ser exportable.

Sobre el producto, indicó que se centran en edificios de dos o tres plantas con precios que van de un millón de pesos hacia abajo. “Ese es nuestro mercado, lo pensamos para viviendas de entre 350 mil y 800 mil pesos”, dijo Sobrino Bracamontes.

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