Las condiciones económicas actuales en México y el panorama internacional hacen “altamente probable” que la calificación soberana del país de A3, con perspectiva estable, por parte de Moody's se mantenga el resto del sexenio, aseguró el presidente director general de la firma en el país, Alberto Jones.

“En este momento no vemos nada que pudiera ocurrir, a menos que fuera milagroso para cambiar la calificación al alza o a la baja”, destacó.

En entrevista con EL UNIVERSAL, aseguró que el país tiene las condiciones macroeconómicas y crediticias para librar los efectos de la volatilidad mundial, por lo que no hay riesgo de reducir la calificación soberana.

En tanto, se necesitarán factores sostenibles a largo plazo que garanticen tasas de crecimiento superiores al promedio de los últimos 15 años, con lo cual se puede elevar la calificación, dijo. Sin embargo, este último escenario tampoco es probable.

“Solamente un cambio importante en la tasa de crecimiento que se vea que es sostenible y continuo podría generar presiones al alza en la calificación soberana de México. Eso, y que se lograra con algún mecanismo que la situación fiscal mejorara de manera notable. Y no porque no lo haya hecho. Se requeriría mucho más para un alza en calificación”, aseguró.

Destacó que en la segunda mitad del sexenio, el reto del gobierno será implantar la reforma al gasto y aplicar mecanismos que incentiven la inversión en infraestructura.

Jones añadió que ante las discusiones del presupuesto para 2016, hay la posibilidad de que el gobierno flexibilice aspectos de la reforma fiscal.

“Que el gobierno logre reducir el gasto de manera importante. Que pueda contener el déficit y que continúe con mantener a raya el endeudamiento gubernamental, no porque esté en niveles delicados”, comentó.

“El principal reto es la reforma del gasto, y que instrumente mecanismos que permitan mucha mayor inversión en infraestructura, tanto del sector público como del privado”, afirmó.

Dijo que al parecer, el gobierno analiza flexibilizar algunas áreas específicas de deducciones.

“Una de ellas muy positiva sería la deducción de los gastos de inversión, o la deducción de los gastos sociales de las empresas, pero hay que hacerlo con cuidado, para que no vulnere los ingresos fiscales”, añadió.

En ese sentido, comentó que los estímulos para el ahorro o la deducción de seguros dan margen de maniobra para apoyar al sector empresarial.

Hay margen de acción porque los ingresos tributarios han venido creciendo de manera muy importante, señaló. “Probablemente hay rubros que no afectarían la recaudación y que sí podrían representar un estímulo, por ejemplo el ahorro o los seguros para el retiro, entre otros”, añadió.

Moody’s espera para 2015 un crecimiento de 2.3% para la economía mexicana. En 2016 podría expandirse 2.6%, en tanto no se presenten factores externos extraordinarios que enturbien el desempeño del país.

“Lo único que podría afectar las expectativas de crecimiento para México es que por alguna razón fundamentalmente exógena o ajena al país, la turbulencia de mercados fuera más severa y las empresas decidieran recortar su gasto de inversión de manera significativa, sobre todo las estadounidenses”, dijo Jones.

“Esto sería un fenómeno provocado por tanto miedo que existe en los mercados por las circunstancias de la desaceleración china”, comentó.

Moody’s espera que ante el ajuste en tasas de la Reserva Federal de Estados Unidos, los mercados mundiales vivirán un periodo complicado para adaptarse, por lo que se anticipa mayor volatilidad financiera y el fortalecimiento del dólar.

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