"Cuando comenzó la moda de pintar con píxeles, y yo dije que a mí me gustaba usar pinceles, todo mundo me dijo que era un retrógrada, que eso se usaba en la época de las cavernas; pero cuando regresaron todas esas técnicas, entonces ya no me consideraban un cavernícola, sino que era vintage. Me voltearon a ver y dijeron, eres un visionario”, narra el ilustrador Juan Gedovius. 

La sala del Cristo, en el Museo de la Ciudad, lució abarrotada, como casi todos los espacios en donde se presenta el “acomodador de colores”, como él mismo se presenta, durante la charla que ofreció como parte del Hay Festivalito, actividades del Hay Festival dirigidas al público infantil.

Originario de la Ciudad de México, Gedovius ha publicado más de 90 títulos de literatura infantil. Es escritor, ilustrador, traductor y narrador. Su obra se ha difundido en portadas de discos, revistas, folletos, manuales y más.

Por su pinta, nadie cree que sea artista, pues, señaló, es más probable que lo confundan con un pirata. Y efectivamente, sobre su colaboración en la ilustración del libro Peter Pan, Juan apuntó que se siente más identificado con James Garfio que con el niño de las mallitas verdes. “No le tengo miedo a crecer, es mejor ser lo que a uno le toca ser”.

En la búsqueda de reinventarse y explorar nuevos horizontes para su obra, ha incursionado en la poesía y la música.
A este respecto confiesa que tuvo que buscar a una sirena para que le enseñara a cantar, porque lo hace,  dijo, muy mal.  El problema fue que la sirena no era bella como todo mundo se las imagina y tuvo que salir corriendo, horrorizado.

Menos mal que lo hizo, porque de otra manera, no hubiera podido salvar el planeta de una invasión de marcianitos que buscaban qué desayunar  y con quienes tuvo que compartir su almuerzo.

Con estas y otras anécdotas “reales”, Gedovius lanzó su hechizo sobre niños y adultos, que lo acompañaron en la presentación de su más reciente material, La caza del Snark, un texto original de Lewis Carroll pero que él tradujo del inglés británico  al lenguaje mexicano.

“Los seres humanos somos cuentacuentos por excelencia. Los queremos oír y los queremos contar. Yo encontré en los libros la mejor manera de compartir lo que me gustaba hacer”, afirmó el autor y señaló  que su intención —igual que la de los habitantes de las cuevas de Lascaux que dejaron plasmadas en pinturas rupestres sus historias—  siempre ha sido comunicar lo que piensa e imagina, compartir lo que le sale del corazón.

Sobre este éxito arrasador que tiene cuando se presenta en los espacios, sobre todo en el público infantil,   Gedovius manifestó sentirse “muy agradecido”, sobre todo cuando la burocracia le da lata y quiere tirar los pinceles.

“Yo no sé dónde está la llave del éxito, pero sí sé que la causa del fracaso siempre pasa por querer darle gusto a los demás. Tu trabajo no tiene que gustarle a todos, pero igual, mientras lo vas haciendo, en ese camino termina gustándole a todos”, concluyó.

Google News

TEMAS RELACIONADOS