A solo 20 minutos del centro de Tequisquiapan, en la comunidad de La Trinidad, se esconde uno de los tesoros naturales más impresionantes de Querétaro: las minas de ópalo. Rodeadas de cuevas rojizas y caminos de terracería, estas minas ofrecen una experiencia única para quienes buscan aventura, naturaleza y una conexión directa con la tierra y su historia volcánica.
El acceso es exclusivo, ya que las minas son propiedad privada. Para explorarlas, es necesario unirse a tours organizados por operadores locales que conocen perfectamente la zona. Esta dinámica permite una visita segura, guiada y enriquecedora.
Es una piedra semipreciosa nacida de la actividad volcánica. Se forma cuando el agua rica en sílice se filtra en las rocas y se solidifica lentamente, creando cristales con estructuras amorfas que reflejan la luz en una gama de colores. Esto se conoce como “iridiscencia”, y es lo que da al ópalo noble su famoso juego de colores.
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En estas minas queretanas se encuentran dos variedades principales: el ópalo común, sin reflejos coloridos y el ópalo noble, que despliega destellos rojizos, verdes, azules y naranjas, muy valorados en joyería. México, particularmente Querétaro, es reconocido mundialmente por producir el ópalo de fuego, caracterizado por su tono naranja-rojizo vibrante.
Las minas son a cielo abierto y se extrae el ópalo de forma completamente artesanal. Con un martillo casero y mucha paciencia, los mineros buscan en las rocas porosas esas pequeñas vetas brillantes que delatan la presencia del mineral. A lo largo del recorrido, los visitantes pueden aprender a identificar las formaciones correctas e incluso intentar extraer su propio ópalo.
En el suelo también es posible encontrar fragmentos pequeños de esta gema, aunque al principio pasan desapercibidos para el ojo inexperto. Una vez que los guías explican cómo distinguirlos, se vuelve parte del encanto buscarlos entre las piedras y el polvo.
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El trayecto hacia las minas no es sólo una caminata: es una ruta de senderismo entre montañas rojizas, cactus y formaciones geológicas impresionantes. Desde algunos puntos se alcanza a ver la Presa Centenario, el Valle de Tequisquiapan e incluso la imponente Peña de Bernal en el horizonte.
Tras la visita a la mina, el tour continúa en los talleres artesanales locales, donde se puede observar el proceso de corte, pulido y diseño de las piezas de ópalo. Aquí, cada piedra se transforma en una joya única, sin necesidad de tallado, ya que su brillo natural hace innecesarias las facetas. Las piezas terminadas se pueden adquirir como recuerdo o regalo, y van desde precios accesibles hasta colecciones de alto valor.
Una de las minas más conocidas de la zona es El Redentor, con historia minera que data del Porfiriato, en 1894. Es reconocida internacionalmente como una de las más ricas en ópalo de fuego. De aquí fue extraído el ópalo más grande del mundo, una pieza valuada en millones de dólares y actualmente expuesta en un museo de Nueva York.
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El recorrido por esta mina es más que una excursión; es una inmersión en el geoturismo, una experiencia que combina ciencia, cultura y naturaleza. Se aprende sobre la formación de las piedras, se valora el trabajo de los mineros y se descubre el enorme potencial que guarda esta región en términos de turismo responsable y sostenible.
Aunque México es uno de los principales productores de ópalo en el mundo, muchas personas desconocen que en Querétaro se encuentra una de las mejores zonas para admirarlo. Para quienes buscan experiencias diferentes y significativas, visitar las minas de ópalo en Tequisquiapan es una excelente opción.
La mejor hora para visitar las minas es por la mañana, cuando el clima es fresco y la luz natural resalta los colores del paisaje y del ópalo. El recorrido completo dura unas dos horas y es ideal para parejas, familias y grupos pequeños. Aunque no se trata de una excursión extrema, sí requiere buen calzado y disposición para caminar entre piedras y terrenos irregulares.
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Tequisquiapan es conocido por sus spas, sus viñedos y su tranquilidad, pero las minas de ópalo le dan un giro emocionante a cualquier visita. Si estás en busca de algo fuera de lo común, este paraíso entre cuevas rojas te está esperando.