El escenario se llena del mariachi, coristas y el resto de la banda de músicos. Luces y un solo de trompeta que anuncia, como en la antigüedad, al anfitrión de la noche. Apenas suena el primer acorde y, del fondo, aparece la silueta del charro Alejandro Fernández para encender la algarabía del público queretano en la inolvidable noche del concierto que corresponde a la gira “Hecho en México”.

Con un muy perceptible arreglo de bigote que homenajea a su padre, Vicente Fernández, y un cuidado traje de casimir de gran gala, en azul oscuro con botonadura en plata que no combinaba con el dorado del reloj, sombrero de pelo con ribete y toquilla en hilo de plata, corbatín de rebozo estilo mariposa en rojo y pañuelo del saco con un bordado a mano de las letras “AF”. No se necesitaba más para el encuentro con un amoroso público que esperó paciente por cerca de una hora.

A la primera entonación de su voz de tenor lírico y como buen arquitecto, El Potrillo fue construyendo un con el público queretano un singular coro que se escuchaba en las colonias cercanas al estadio La Corregidora.

Así, el éxito de Alejandro Fernández en la capital de Querétaro. Su serie de conciertos continúa en una titánico tour por los Estados Unidos durante septiembre y octubre, estará acompañado por su hijo Alex Fernández, en la gira Amor y Patria US Tour, con la que visitará los estados de California, Nevada, Arizona, Texas, Illinois, Ontario, Washington, Nueva York, por mencionar algunos.

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